La celebración en Venezuela ya quedó atrás. Ahora, hay otros desafíos, nuevos estímulos, con la misma obsesión: llegar a paso firme al Mundial de Rusia 2018. En ese riesgoso camino, en el que el equipo ecuatoriano comenzó con una dosis exagerada de solides, se presentaron en las últimas horas mayores contratiempos.

Gustavo Quinteros se encuentra acorralado. Cuando parecía que todo era tranquilidad le han surgido varios dolores de cabeza. Las lesiones han azotado a su plantel y deberá reajustar varias piezas para dos duelos que podrían ser trascendentales en la ruta rumbo a la cuarta clasificación de la Tricolor a una copa del mundo.

Los cuatro partidos ganados y nueve goles a favor que remiten las cifras frías deberán ser revalidadas ante Paraguay en Quito y ante Colombia en Barranquilla. Los efectos de estos partidos significarán mucha satisfacción por si se consiguen resultados positivos en una atmosfera que ha presentado complicaciones.

En esta etapa de éxitos aparecieron los baches. Principalmente en la zaga donde se prescindió de Guagua y Araujo, además hay otros dos que están en proceso de recuperación (Mina y Achilier).

En el ataque el panorama también se presenta con ciertas dudas. Miller Bolaños se bajó tras su fractura de mandíbula. Antonio Valencia viene de una fractura en el pie derecho y Enner Valencia de una lesión muscular. Sumado a eso Felipe Caicedo, el goleador del equipo y de las eliminatorias, presentó cierta molestia muscular en los últimos días.

También están Jefferson Montero y Juan Carlos Paredes (lateral con mucha proyección ofensiva) que tampoco han estado actuando regularmente en sus equipos. Son varios jugadores titulares que no llegan en su plenitud de condiciones. Las lesiones y la poca regularidad de algunos convocados empiezan a condicionar al entrenador Quinteros.

El adiestrador que ha revolucionado el balompié ecuatoriano deberá repartir responsabilidades para recibir saludables soluciones. Ahora se verá el reflejo de la fortaleza y el compromiso de sus futbolistas. Tiene los recursos suficientes para evadir esta encrucijada. El jueves 24 será el primer eslabón para engarzar la ruta que nos puede encaminar a logros históricos.