Ecuador estuvo sumido en una de sus peores crisis en el año 1999-2000, muchos habían inclusive hasta perdido la esperanza en el país y decidieron viajar a hacer ‘patria’ en otros lados.

Justo en esas épocas, una aguerrida selección ecuatoriana de fútbol hizo que por el momento olvidemos todos los palos que habíamos recibido como país y seamos unidos, alegres y felices por un momento, conseguimos una primera clasificación al mundial.

El día de ayer, mientras se daba la dolorosa eliminación de la selección sub 17 de su mundial, recordábamos lo felices que nos hicieron un grupo de ‘pelados’ que se pusieron la camiseta de 14 millones.

Las cosas en el mundo no están bien, las cosas en el fútbol tampoco están bien, pero dentro de todo esto que nos puede volver a hacer perder la esperanza en el deporte, estos muchachos nos recordaron la belleza de este deporte.

Chicos que no reciben sueldo, que no reclaman premios por jugar, que quieren hacerse un futuro jugando al fútbol y que se entregaron con todo.

No nos queda más, como medio, de agradecerles por hacernos olvidar de todos los problemas del mundo, por lo menos por 90 minutos de cada partido