Rubén Darío Insúa dejó de ser el director técnico de El Nacional por la crisis económica que vive dicha institución. Aquel suceso causó mucha polémica y llegó a oídos internacionales. Y es que DIARIO CLARÍN reveló que tras su salida de los ‘puros criollos’, ‘El Poeta’ dirigiría a Barcelona Sporting Club en la temporada 2016. Y en caso que Bauza no renueve con San Lorenzo, ese club sería su destino; por lo tanto, no vendría a Guayaquil.

A continuación, la nota publicada por el medio antes mencionado:

Cuando uno de sus futbolistas fue detenido el último fin de semana por no pagar la cuota alimentaria para su hijo, Ruben Darío Insua dijo basta, se cansó y exigió la rescisión del contrato con El Nacional. Esa fue la gota que desbordó el vaso. No había sido un acto irresponsable de su jugador: no había cumplido porque los dirigentes del club ecuatoriano hacía tres meses que no le abonaban el sueldo.

Insua venía acumulando broncas. Tanto él como su cuerpo técnico, igual que el plantel y los empleados del club, llevaban tres meses sin cobrar. En ese lapso, por ejemplo, el propio entrenador argentino pagó de su bolsillo algunos medicamentos para jugadores juveniles.

Después de cerrar todos los detalles de la rescisión, Insua retornará a Buenos Aires junto a los integrantes de su cuerpo técnico, Roberto Oste (ayudante de campo) y César Vaioli (preparador físico).

Eso sí, no sería extraño que pronto regresen a Ecuador, pero a un destino donde Insua es ídolo: Barcelona de Guayaquil. Ahí fue campeón local en 1997 y subcampeón de la Libertadores en 1998. Es que el Barcelona renovó dirigencia. El presidente es Francisco Cevallos y el vice Alejandro Alfaro Moreno, aquel recordado ex delantero de Platense, Independiente y la Selección Nacional. Ambos fueron compañeros de Insua y además, dirigidos por él. Ahora estarían interesados en contratarlo. Y en la Argentina, si Edgardo Bauza no renueva en San Lorenzo, también Insua figura en el abanico de opciones que maneja el presidente Matías Lammens. En Boedo, es ídolo: fue clave como jugador en el ascenso en 1982 y dirigió al campeón de la Sudamericana 2002.

Nota de: Víctor Loor Bonilla