Cuando Orlindo Ayoví emprendió el largo viaje de su natal Ecuador a Honduras en agosto de 2014, nunca se imaginó vivir situaciones poco normales para un futbolista.
Primero tuvo que lidiar con el hecho de no pasar una prueba en el Olimpia, luego se fue a Marathón, pero quedó fuera del equipo. Por fortuna se encontró con dos ángeles, o como él los llama, sus “padrinos” Aracely y Orizon Amaya, propietarios de Baleadas Express, donde le han abierto las puertas del negocio para que cambie los tacos y los entrenamientos por las bodegas.

El delantero ecuatoriano trabaja junto a otras cinco personas en el almacén de este negocio, con la idea de que en el próximo mercado de piernas pueda amarrar un contrato.

“Tomé la decisión de parar porque seguía lesionado, en eso Orizon (directivo de Marathón) y su esposa me brindaron su respaldo, él me dijo que me viniera a trabajar y la verdad que estoy muy agradecido”, comenta el jugador que en su hoja de vida tiene un gran recorrido en equipos de su país y en Argentina (Atlético de Rafaela), Uruguay (Rampla) y México (Irapuato y Zacatpec).
Son las 11:00 am y la entrevista debe durar poco tiempo, porque hay que seguir con las labores de entregar la materia prima a los 13 establecimientos de esta empresa sampedrana.

“Es un muchacho que no se raja al trabajo, no como esos que andan con la lengua de fuera al mediodía, trabaja, no reniega, se lleva con todos y es muy voluntarioso”, cuenta Guillermo Villegas, el jefe inmediato de Ayoví.

“Tenía propuestas en mi país, pero no eran muy buenas en lo económico, por eso me la rifé a quedarme para buscar equipo el próximo torneo”, señala.

SIN COMPLEJOS

Nacido en Eloy Alfaro, provincia de Esmeraldas, Ecuador, el 15 de septiembre de 1984, este jugador de 31 años no se siente menos por trabajar en algo distinto a lo que originalmente se dedica. “Me diera pena andar robando, al contrario, me siento orgulloso”, aclara.

“Siempre me ha gustado el trabajo, cuando estaba pequeño me tocaba salir a laborar con mi papá, cortando madera”, recuerda.

“Uno de los acontecimientos que me marcó la vida fue la muerte de mis padres cuando estaba pequeño, por eso siempre he tratado de ser un hombre recto”, detalla el “Amigo”, como lo apodan sus compañeros de labores, quienes coinciden en la humildad del espigado jugador, que debutó como profesional en el fútbol en con la Liga Deportiva Universitaria de Quito en 2004.

NOVIA CATRACHA

Curiosamente en Honduras conoció a otra persona especial: su novia hondureña Joselyn. “La quiero mucho, es una muy buena persona que me apoya en todo, lo importante es que esté conmigo. La conocí en un puesto de baleadas, es una mujer trabajadora y muy luchadora”, cuenta el jugador, quien en toda la entrevista nunca borró la sonrisa de su cara como diciéndole a la vida, gracias por tus bendiciones.

Directas
¿Toma como retroceso ser futbolista en junio y ahora estar en una bodega?
No, lo malo fuera que anduviera en cosas malas, cuando uno anda con Dios, no da vergüenza trabajar. Además desde pequeño sé hacer de todo un poco.

¿Si por la lesión se retira, se queda tranquilo?
Sí, que es algo que he venido analizando porque últimamente me he venido lesionando mucho. Seguiría trabajando y feliz.

¿Dónde la pasó más difícil,en Olimpia o en Marathón?
En Marathón, no por el equipo ni por la directiva ni por el entrenador, sino porque me lesioné. Son cosas difíciles.

¿Se identifica con Ursino?
Sí, son cosas difíciles, es lo peor que le puede pasar a un futbolista. Le deseo lo mejor, pero es muy difícil, aunque si no me hubiera lesionado no conociera a Orizon y su esposa.

¿Qué es lo más difícil que ha pasado estando acá?
No tener a mi padres. Ellos fallecieron cuando tenía diez años. Hay cosas que uno no entiende de la vida.

¿Qué se siente recibir salario sin jugar?
Es algo difícil, incómodo, pero son circunstancias que pasan en la vida.

¿Le puede dar más al fútbol?
No sé, es algo de la mente. Quiero jugar de nuevo, lo voy a lograr al margen de todo.

¿Ya aprendió a hacer baleadas?
No, no hago.

¿Lo ha intentado?
No, yo ando entregando pedidos nada más.

¿Pero comérselas sí?
Eso sí.

¿Cuántas?
No como bastantes, pero sí muchas tajadas.

¿Y hace ejercicio?
Sí, para mantenerme bien.

¿Pondrán en Ecuador un Baleadas Ayoví?
Puede ser, cuando esté de vuelta en mi país.

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