Otra vez más en nuestro país vuelve a sonar de manera fuerte el escándalo de adulteración de documentos en jugadores de fútbol, un problema que viene arrastrándose desde hace muchos años atrás y que honestamente nos ha hecho perder el ‘derecho’ a actuar sorprendidos

Después de varios años de ‘fracasos’ en ese sentido, es momento de sacar conclusiones y las lecciones que nos dejan estos casos que tiene como único perjudicado, el fútbol de nuestro país.

1)      Ser más estrictos a nivel clubes: Los clubes, si bien no son legalmente responsables por la presentación de un tercero de documentos adulterados, deberían comenzar a poner equipos de investigación más duros para poder determinar la falsedad de informaciones

2)      La FEF imponer sanciones ejecutables y más drásticas: Sanciones disuasivas podrían ser una salida para que la gente pueda sentir la presencia de la ‘mano dura’ y las consecuencias que trae el actuar fuera del reglamento

3)      Trabajar con fiscalía: Esto traspasa el orden administrativo-futbolístico y se va al campo jurídico, la fiscalía debería actuar en coordinación con la FEF para liderar las investigaciones, de tal forma las consecuencias serían a su vez dentro del fútbol y en el campo legal