El objetivo —o el sueño— de todos, por supuesto, es llegar a la final, y si es posible, incluso, ganarla. De ahí, entonces, ese «nadie quiere jugar» referido a un partido consuelo.

Sin embargo, todo cambia, y el cotejo que hoy disputarán Paraguay y Perú en Concepción por el tercer puesto de la Copa América 2015, es una muestra clara: no es lo mismo salir tercero que cuarto. Puede que los futbolistas no lo sientan de esa manera, pero la realidad indica que las respectivas asociaciones nacionales no miran una eventual victoria o una supuesta derrota con indiferencia; más bien todo lo contrario.

Es que, de acuerdo a lo que establece la escala de premios instaurada por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) para la disputa del torneo continental, el país que logre el tercer puesto tendrá una remuneración de dos millones de dólares, y se llevará uno el que termine cuarto.

Un millón de dólares diferencia entre uno y otro puesto, entonces, parece ser una razón suficiente para que este partido de hoy en Concepción se mire con la atención que, en cambio, no generaba en el pasado.