Cada competencia tiene su impronta, pero siempre hay algo que la hace distinta a las demás. El mundo del fútbol tiene los ojos puestos en Chile, lugar dónde se juega la Copa América más atractiva de los últimos tiempos. Figuras siempre hubo, y de sobra, pero nunca tan repartidas en diferentes equipos y en tan alto nivel al mismo tiempo.

Sorpresas, batacazos, reivindicación o como se le quiera llamar. El torneo de selecciones más longevo del mundo se desarrolla con una dosis de desparpajo escandaloso. Todos dan batalla, todos imponen sus credenciales.

Por ahora lo que se vio fue una paridad más notable de la esperada. A Chile, selección anfitriona le ha costado luchar contra sus propios fantasmas. Brasil se desquicia por la impotencia de no saber jugar como su historia lo plantea; la ‘canarinha’ se ha convertido, demasiado a menudo, en un equipo vulgar. Y Uruguay flaquea cuándo recibe un baño de realidad. En tanto Ecuador, vive inmiscuido en un letargo de nunca acabar.

Argentina y Colombia o Colombia y Argentina, en el orden que quieran poner. Pekerman y el ‘Tata’ comandan las selecciones que tras lo mostrado surgen como favoritas. Ambos comparten el molde. Parten de la posesión de la pelota. Asumen la mitad de la cancha como lugar de elaboración y tienen un formidable espíritu competitivo por las virtudes de sus futbolistas. Ponen mucha gente en campo rival, ganan los rebotes y así crean sus chances. Dos equipos similares con el mismo patrón.

Colombia tiene todo el talento encima para dar el gran sacudón. Al combinado cafetero sólo parece faltarle el paso final, autoritario y fuerte que diga que es un equipo capaz de quedarse con un torneo de la jerarquía de la Copa América. Es su gran oportunidad. Ya venció a un ‘cuco’ como Brasil.

Confiada en la calidad del recurso individual, pero así también con la capacidad de ser un equipo temible cuándo junta la constelación de talentosos que tiene. Argentina es, quizás, el seleccionado más virtuoso del campeonato. Aún le cuesta jugar, pero será cuestión de tiempo para que Gerardo Martino compacte los recursos que tiene.

Mucho de Mundial tiene esta Copa América. Por el antecedente de un evento protagonizado acá. El balón ya rodó. La cancha se empieza a inclinar a favor de unos y en contra de otros. El 4 de julio el Nacional de Santiago lanzará un nuevo monarca.