Sin empleo, luchando contra una depresión severa y viviendo de los beneficios que le otorgaba el Estado, J.K. Rowling completó su primera novela escribiendo en cafés mientras dormía a su hija. Envió el libro a doce editoriales, todas rechazaron el manuscrito hasta que un año más tarde, Bloomsbury, una pequeña editorial británica de Londres, aceptó publicarlo; a este primer libro, le seguirían seis más contando al mundo las aventuras de Harry Potter y su autora pasaría de la pobreza a ser millonaria en tan solo cinco años.

La historia comienza siempre igual, una pomposa rueda de prensa, flashes por todos lados y un jugoso contrato con el equipo de moda. El club por el que muchos morirían porque tan solo les pusiera en la lista de posibles fichajes había ido hasta Inglaterra e Italia a buscarlos, un lujo. Después de la fiesta viene la resaca. Llego el trabajo del día a día y la acumulación de partidos desde el palco VIP que a ningún jugador le gusta: el banquillo de suplentes. Oportunidades efímeras, minutos a cuentagotas y los cracks que serian titulares en varios grandes de Europa se convierten en espectadores de lujo. Llegaron las críticas de aficionados, prensa y hasta directivos; que se invirtió mal, que se despilfarraron millones y les enseñaron la puerta de salida.

Al primer fracasado lo vino a buscar Arsene Wenger. El Arsenal pago 37.7 millones de euros (51.2 millones de dólares) por un jugador que apenas si jugo en ese gran Barcelona y el delantero firmo un contrato por las cuatro próximas temporadas, con opción a una más. Hoy, Alexis Sanchez es la ganga del año, ha anotado 13 goles en 16 encuentros y ha dado ya 3 asistencias; es incansable, valiente, tiene una gran habilidad y desde su llegada al conjunto gunner, su juego ha mejorado con el tiempo, la libertad que tiene dentro de la cancha hizo explotar los mejores atributos del tocopillano. Con la misma cantidad de juegos, supera a atacantes históricos del club como Robín Van Persie y Thierry Henry. Los números hablan por sí solos.

Al segundo fracasado, al hijo prodigo se lo llevo un viejo “enemigo”, ese diablo que vivía en Madrid. Jose Mourinho tan solo necesito 20 minutos para entregarle la batuta, hacerle la promesa de que seria el director de su orquesta y el agradecido volante, respondió con futbol. La confianza que nunca le entregaron Guardiola, Vilanova o Martino, se la dio el entrenador luso y Cesc Fábregas se ha convertido en la referencia, en el eje de todo el juego de un Chelsea que camina invicto, tanto en Premier como Champions. El mediocampista registra 10 asistencias en los 12 partidos que ha disputado en la presente Premier League y va tras la marca que estableció el histórico Thierry Henry hace 11 años cuando hizo 20 asistencias en la Premier 2002/2003.

Los que creyeron en J.K. Rowling, Sanchez y Fábregas, hoy lo disfrutan. «Los chinos dicen que el fracaso es la madre del éxito, y es cierto. Se aprende muchísimo de ello. Quien ha fracasado antes trabajará mucho más duro después para demostrar lo que vale», asegura Kenneth Morse, fundador del MIT Entrepreneurship Center. Con la venta de Alexis y Cesc, el blaugrana gano en lo económico pero perdió en lo deportivo; esto es lo que pasa cuando un jugador se vuelve a sentir querido y respetado, cuando la certeza reemplaza a la incertidumbre. La historia se repite, le volvieron a robar el talento al culé en sus propias narices, varios años en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí y nadie vio a estos dos. Debe ser porque allá, solo hay ojos para uno.