Toda expulsión suele llevar consigo una reacción por parte del futbolista afectado. Eso sí, en ningún caso, como la que tuvo el delantero del IFK Norrköping, Alhaji Kamara, en un partido de la decimotercera jornada de la liga sueca disputado este domingo.

El delantero de Sierra Leona no se tomó nada bien la segunda amarilla que le mostró el colegiado por una dura entrada sobre un defensa del Örebro y se marchó del terreno de juego corriendo y gritando al cielo improperios por su expulsión.

Kamara, que entró sustituyendo a un compañero en el minuto 78, salió esprintando 14 minutos después. No ayudó a su equipo a llevarse los tres puntos y, finalmente, hubo reparto de puntos (2-2). A sus 20 años, todavía tiene muchas cosas que aprender. Una de ellas, la forma de asumir una expulsión.