Neymar y Daniel Alves estaban hartos de recibir insultos racistas en los estadios españoles. Juntos y con el auxilio del equipo de asesores del exdelantero del Santos, encontraron una forma creativa de responder a los ignorantes.

La ola de manifestaciones antirracismo que inundó internet desde el domingo, cuando el lateral se comió el plátano que le tiraron desde la grada de El Madrigal, es una campaña de marketing que llevaba semanas preparada. Tras el partido contra el Espanyol, cuando Neymar fue víctima de gritos que imitaban a simios, el brasileño se reunió con su padre y sus asesores para discutir como contestar de manera contundente los actos de intolerancia.

Fue cuando surgió la idea de comer el próximo plátano que le tirasen desde la grada. «Una acción vale más que mil palabras», explicó a la revista brasileña Veja el publicitario Guga Ketzer, socio de la agencia Loducca, que organizó toda la campaña da marketing lanzada desde Brasil tras el acto de Daniel Alves durante el partido contra el Villarreal. «Un gesto no necesita traducción y es lo que estamos viendo en toda esta respuesta viral alrededor del mundo. La idea era que Neymar comiera el plátano pero fue Alves y también servía».

El lateral ya se había manifestado varias veces contra los actos racistas que sufre pero, según Ketzer, «estos casos son como los apodos, cuanto más te enfadas, más te toman el pelo». «La mejor manera de acabar con el prejuicio es quitarle fuerza para que el acto racista no se repita, fue cuando creamos el #somostodosmacacos, donde el gesto de comer un plátano se transformara en un movimiento», afirmó el publicitario al Meio e Mensagem, web brasileña especializada en marketing y publicidad.

Inmediatamente después de que Daniel Alves «iniciara» la campaña en Villarreal, el equipo de Neymar colgó su foto con el plátano en las redes sociales y la respuesta fue inmediata. Futbolistas y personalidades de todo el mundo adhirieron con imágenes similares, llegando hasta la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, que se manifestó contra los radicales que, hace años, dan mala fama a los estadios de España. El lunes por la tarde, la marca de ropas de Luciano Huck, el presentador más popular de la televisión y amigo personal de Neymar, ya vendía camisetas con el hashtag #somostodosmacacos y la imagen de un plátano a 25 euros.

El lunes por la noche el caso ya estaba en la portada de todos los grandes medios brasileños y el racismo en los estadios europeos fue el titular de apertura del príncipe telediario del país, el Jornal Nacional de la TV Globo, con una entrevista de Daniel Alves y declaraciones de Pep Guardiola y de la presidenta Dilma.