El árbitro Howard Webb admitió que hubiera cambiado «quizás una o dos» de las decisiones que tomó en la Final del Mundial de Sudáfrica 2010, si bien no precisó cuáles. No obstante, argumentó que «en el momento uno tiene que pitar según la información que tiene y el ángulo en el que se encuentra. Fue un partido duro, difícil. Uno aprende de esas situaciones».

Webb confesó que sólo ha visto una vez por televisión la Final entre España-Holanda, un encuentro que que le «cambió la vida».
En una entrevista con la FIFA, explicó que esperó «cuatro semanas» para ver junto a un amigo en casa la Final del Soccer City de Johannesburgo, en la que España ganó por 1-0 con un gol de Andrés Iniesta en la prórroga.

El colegiado inglés, de 44 años, comentó que hubiera preferido no haber estado tan involucrado en el juego porque lo que quiere es que «la gente comente sobre lo magnífico que fue el partido, los goles», «pero aquel fue un choque muy intenso, apretado. Es así, uno tiene que lidiar con lo que le toca, hacer lo que cree que es mejor y con las mejores intenciones. Y eso hicimos», apostilló.

Para el inglés lo peor lo mejor de ser árbitro es que cuentan «con la mejor ubicación para disfrutar el show» y lo peor «es convivir con los errores, algo inevitable».

«Cada vez que cometemos un error es doloroso: tiene impacto en la suerte de un equipo, un jugador, un entrenador y hasta en nuestra reputación», aseguró Webb, que entiende que lo que los árbitros quieren es ser «competentes de forma anónima».