El jugador ghanés Kevin-Prince Boateng analiza dejar el Milan y marcharse de Italia por los gritos racistas que el jueves lo llevaron a abandonar la cancha durante un amistoso contra el equipo amateur Pro Patria.
“Esto me deja huella. Ahora meditaré tres días y la semana que viene me reuniré con mi asesor Roger Wittmann. Hay que ver si tiene sentido seguir jugando en Italia”, explicó el internacional de 25 años al diario alemán “Bild” de hoy.
Boateng, nacido en Berlín, interrumpió el juego en el minuto 26 del partido en casa del Pro Patria, de la cuarta categoría del fútbol italiano, y visiblemente enojado abandonó la cancha seguido por sus compañeros. El partido quedó suspendido 0-0 y no se reanudó.
“Los gritos de mono en las tribunas cada vez que tocaba la pelota empezaron ya en el minuto cinco”, recordó Boateng. “Me sentí triste, enfadado, sacudido. Que pase algo así en el año 2013 es una vergüenza no solo para Italia, sino también para el fútbol en todo el mundo”.
El jugador reconoció sentirse “orgulloso” por el apoyo de todos sus compañeros y por los elogios que cosechó su reacción. “No podemos seguir tolerando el racismo. Mirar para otro lado es fácil. Actuar es difícil. Pero habría hecho lo mismo en un partido de la Liga de Campeones ante el Real Madrid. Y lo volveré a hacer cada vez que ocurra”, concluyó.