Si se decía que la gente era reacia con la selección de Brasil, ajena a lo que pasaba en la Copa América, esa teoría quedó rota en la final ante Perú este domingo en el estadio Maracaná de Río de Janeiro. Ese encuentro impuso un nuevo récord de asistencia en un partido de los pentacampeones del mundo, pues al escenario llegaron 69.968 personas.

En otras palabras, una taquilla de 39 millones de reales, es decir, de 10 millones de dólares, una cifra enorme que no se la esperaba la organización, pues los fanáticos no tuvieron mucho sentido de pertenencia con el equipo de Tite, sobre todo por la manera en la que estaban haciendo las cosas dentro y fuera de la cancha.

Fue el encuentro con más recaudo en ese país, inclusive por encima del debut ante Bolivia en el Morumbi (seis millones de dólares) y que el mismo Brasil-Argentina en el  Mineirao que llegó a los tres millones y medio de dólares.