El VAR es uno de los grandes protagonistas de la Copa América y, en algunos partidos, parece haber más jugadas revisadas que chances de gol. El encuentro entre Uruguay y Ecuador fue un buen ejemplo: en los primeros 20 minutos, los charrúas le reclamaron tres veces al árbitro Daronco para que chequeara con sus asistentes. Si la tendencia sigue, el juego se desvirtúa.

La primera fue una mano de Enner Valencia dentro del área, luego de un cabezazo de Cavani, quien luego reclamó. El ecuatoriano no amplió el volumen de su cuerpo, con lo cual no era sancionable. Al toque, los charrúas se le fueron encima a Daronco otra vez por una falta a Laxalt que no era ni para tarjeta. 

Finalmente, la que tuvo justificación: al árbitro le avisaron que diera marcha atrás para ver un codazo de Quinteros a Lodeiro. Daronco le sacó la amarilla y la cambió por roja, dejando con uno menos a los ecuatorianos Acá sí hubo justicia, pero el VAR invita a los abusos por parte de los jugadores. Y sobre el final del juego, aunque no se supo el motivo, también consultó ante el gol en contra de Mina.

Dos cosas a tener en cuenta: por una parte, reclamar el VAR es factor de amonestación; por otra, su utilización deberá empezar a ser tenido en cuenta a la hora de adicionar minutos sobre el final de cada tiempo.