A veces el fútbol deja algunas historias que la verdad, rayan en lo insólito. Como lo que sucedió en África donde un presidente sintió la rigurosidad en un campo de juego.

El presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, decidió jugar un partido ante varias personas refugiadas que son oriundos del Congo y al parecer no fue reconocido en primera instancia por ellos.

Decidieron jugarle ‘duro’ e irle a ganar al primer mandatario quien no se lo tomó muy bien y la decisión insólita llegó tras el partido.

Resolvió detener al director técnico y al asistente del rival por «conspiración» debido a que su equipo le fue muy duro al presidente de dicha nación.