Exactamente un año atrás, corría la jornada 15 de la pasada Premier League y el sorprendente Leicester de Claudio Ranieri se puso líder tras golear en Swansea por 0-3. Un temporada después, las cosas han cambiado mucho en los Midlans. Su equipo, el actual campeón de liga, es decimosexto en liga. Solo dos puntos les separan del descenso la semana en la que se enfrentaran al City de Guardiola.

Poco queda a día de hoy, en la competición doméstica, del Leicester que hizo realidad un cuento de hadas. Actualmente el equipo registra un total de tres victorias, cuatro empates y siete derrotas. Unas cifras muy alejadas de los nueve triunfos, cuatro empates y solo un partido perdido a estas alturas antaño. Por cuestiones evidentes, estos resultados también generan notables diferencias por lo que respecta a los goles. Los 2,13 tantos que promedió la temporada pasada se han convertido en 1,21 este año. Casi un gol de diferencia por partido.

Curiosamente, la temporada en la que peor van las cosas es en la que el equipo domina más el balón y realiza más pases. El promedio actual de 396,86 pases por partido dista mucho del de la campaña pasada: 351,84. Más de 40 de diferencia en una estadística que ejemplifica lo mortífero y efectivo que fue el juego más directo del Leicester campeón de liga. Y es que a nivel de generación de peligro, los de Ranieri generaron una media de dos grandes ocasiones de gol por encuentro. En la presente campaña, la cifra se ha reducido a la mitad. Solo una por partido. Con mucho menos, hacían mucho más.

La línea en la que más se reforzó el equipo fue la delantera. Slimani y Musa llegaron por 30 y 19,5 millones de euros respectivamente. En el centro del campo, se apostó por Mendy (15,5 millones) para sustituir a Kanté. Mendy, que ha estado lesionado, solo ha podido jugar en un partido de liga actualmente. El club invirtió en total 77,5 millones en fichajes, pero estos no han tenido el impacto deseado. Slimani, traspaso más caro de su historia, es el máximo referente ofensivo con cuatro goles en ocho partidos disputados.

Si alguien fue el nombre destacado del Leicester campeón fue Jamie Vardy. La historia del delantero, pasando de séptima división a mejor delantero de la liga, dio la vuelta al mundo. Rompió el récord de Ruud Van Nistelrooy anotando en 11 partidos de liga consecutivos y fue el gran referente del vestuario. Esta temporada, lleva dos goles en liga.

Dos goles, además, que marcó en las primeras cuatro jornadas. Este sábado se cumplirán tres meses del último gol de Vardy en la Premier League (fue el 10 de septiembre contra el Liverpool). Aún así, Ranieri sigue confiando en el bloque que le hizo campeón para confeccionar sus onces. Morgan, Drinkwater, Fuchs, Huth, Vardy y Mahrez son, por este orden, los jugadores más utilizados. La realidad es que, independientemente de los resultados que cosechen, nada restará crédito a unos jugadores que llevaron a cabo una de las mayores gestas de la historia del fútbol