Se pasaron con el vértigo y se olvidaron de los goles en el Superclásico. En la Bombonera, Boca y River empataron 0-0, resultado que no deja conforme a ninguno de los dos. El equipo de Guillermo Barros Schelotto jugó con uno menos desde los 12 minutos del primer tiempo por una infantil expulsión de Pablo Pérez.

Al igual que el campo de juego, el partido se embarró muy rápido. A los 10 minutos, el colombiano Eder Alvarez Balanta fue a buscar un centro tras una pelota parada y de manera imprudente chocó a Agustín Orion, que ya se quedaba con el control de la jugada. El arquero cayó al piso y Pérez, desubicado, le dio una patada al defensor de River, situación que no dejó pasar al árbitro Darío Herrera. Boca se quedó muy rápido con diez hombres.

Antes, los dos habían tenido sus chances. A los 4 minutos, Lucas Alario recibió en la puerta del área chica un centro desde la derecha y de media vuelta le dio al centro del arco. Allí estaba Orion para evitar el primero del equipo de Marcelo Gallardo. Del otro lado, un rato después, Camilo Mayada casi empuja dentro de su arco un centro bajo y cruzado que se fue apenas desviado.

El partido no bajó su intensidad después de la expulsión de Pérez. En un campo pesado, River tomó la pelota y se vio obligado a correr más que a jugar. En esa situación lo puso Boca, que decidió jugar al golpe por golpe.

Iba a ser River el que tendría la más clara de las chances en el primer tiempo. A los 39, Andrés D’Alessandro, el dueño de la pelota en esa etapa, sacó un zurdazo impresionante en un tiro libre y Orion le tapó el gol, cuando su remate se metía en un ángulo.

Un rato después, otra mala noticia para Boca. Fernando Gago cayó mal al intentar defender una ataque de Alario y debió ser reemplazado con el tobillo inflamado. César Meli ingresó en su lugar.

Otra vez con más vértigo que ideas, River salió a ganar en el segundo tiempo. Intentó con centros, especialmente desde la izquierda, pero no encontró la manera. Y debió buscar con otro mecanismo. D’Alessandro tomó la pelota y probó más de una vez desde lejos. En todas respondió el arquero, sin inconvenientes.

Boca, sin evidenciar un hombre de menos, siguió corriendo tanto o más que River. Pero se olvidó de la pelota. Carlos Tevez quedó muy solo arriba y desconectado con Nicolás Lodeiro. De hecho, la única vez que lograron conectarse, a los 38 minutos, llegó la más peligrosa del segundo tiempo: un remate de Carlitos, que Barovero mandó al corner. A todo esto, el Millonario se quedó sin Milton Casco, lesionado.

Sobre el final, casi todo fue de River. Buscó, otra vez con centros para el uruguayo Iván Alonso, que ya había reemplazado a Alario, pero el delantero no llegó a conectar ninguno de ellos. Como en el Superclásico anterior, el partido se fue sin goles ni emociones.