Los presidentes de River, Rodolfo D’Onofrio, y de Tigres de Monterrey, Alejandro Rodríguez, acordaron no vender entradas para los simpatizantes visitantes por lo que las finales de la Copa Libertadores se jugarán solamente con público local.

Tanto el equipo argentino como el conjunto mexicano tienen todas las localidades asignadas a sus socios y para ambos clubes hubiera sido una complicación ubicar en sus estadios a los 4 mil visitantes que estipula el reglamento de la Confederación Sudamericana (Conmebol).

De este modo, los presidentes de los clubes finalistas, amparados en una salvedad del reglamento que también deja librado a las instituciones la decisión, definieron que el miércoles 29 de julio en Monterrey haya sólo hinchas de Tigres y el 5 de agosto el Monumental se complete únicamente con riverplatenses.

«El problema es que la cancha no alcanza, la gente que quiere venir es el doble de la capacidad del estadio y la prioridad es para los que tienen abono y no puede haber más de 71.600 aproximadamente», dijo D’Onofrio en declaraciones a ESPN Radio.

Mientras que Alejandro Rodriguez, titular de Tigres, opinó: «Siempre nos intercambiamos necesidades, pero cuando la afición quiere ir de visitante, nosotros no intervenimos y les decimos que deben buscar por sus medios. Nuestro estadio está prevendido y no hay duda de que va a estar todo lleno, no podemos dar boletos», se justificó.