Ayer se produjo el debut copero para los equipos ecuatorianos en la fase de grupos de la Copa Libertadores de América. El Astillero vio acción por partida doble tanto en Montevideo y Guayaquil con resultados positivos en lo que se refiere a números pero dispares en contextos de rendimientos y ambiente.

En el Parque Central de Montevideo el Barcelona SC estuvo cerca de un resultado que era un bálsamo y un renacer para el comienzo dubitativo en la Copa Pilsener (en 3 encuentros no conoce la victoria). Los dirigidos por Costas saltaron al campo uruguayo con el fin de dar la sorpresa y ¡vaya que la dieron!

Es una máxima del fútbol que salir avante de los primeros quince minutos para un visitante es importante y Barcelona lo cumplió con creces ya que apenas salió de ese cuarto de hora Díaz sacó un zapatazo espectacular que dejó sin reacción al arquero Bava. Un Nacional sorprendido dejó espacios y minutos después la sorpresa era mayúscula tras el gol de Nahuelpán en donde destaco el nivel mostrado por Nazareno tras una paralización de muchos meses.

Barcelona se encontraba en un dilema futbolero, ser superior pero sabiendo que el 2-0 en este deporte es como caminar por la cornisa, puedes sentenciarlo o levantar a un gigante dormido si te descuentan. Es un purgatorio: Entre el cielo de la goleada y el infierno del empate/remontada lo que sucedió después y duele más si es en los últimos minutos….

Aparte de la terrible actuación del árbitro central Osses que ya mucha tinta de críticas ha derramado por los diarios del mundo lo que principalmente le faltó al equipo amarillo es algo vital para imponerse en ambientes hostiles: ‘Malicia’ en el fútbol, algo que en el Cono Sur son maestros y por eso vencen en sitios inverosímiles en la mayor parte de las ocasiones. ¡Ojo! que no se confunda con la patada o pierna fuerte, sino a la picardía, el ser contundentes.

Si Matías Oyola le cedía a Nahuelpán cerca al minuto 90 era otro el cantar. Un ejemplo fue lo de Sebastián Abreu que con un acción sin movimiento del balón y al saber que el referí estaba presionado provocó dos fricciones y chao Perlaza. Algo de esta ‘malicia’ tiene Díaz pero no fue suficiente.

Al final BSC se trajo un punto muy agridulce que le servirá mucho en la estadística si sabe refrendarlo como local pero que le será más util en el apartado de la experiencia de que en la Copa se gana ante un rival con más de 11 jugadores concretando las opciones que se tienen.

Momentos después de lo sucedido en la capital uruguaya nos trasladamos a Guayaquil, con un ambiente de optimismo en las gradas del Estadio Capwell el Emelec sigue con su rendimiento muy alto pero constante.

En frente tuvo un examinador de fuste, el Vélez de Gareca, reciente campeón del fútbol argentino (que también está venido a menos por el eterno manejo dirigencial) que juega bien, al toque y con dos buenos exponentes del mismo como el recién llegado Fernando Gago y Federico Insúa.

Gustavo Quinteros estudió muy bien a su rival por eso delegó a Pedro Quiñónez el cortar cualquier intención de jugada rival, junto con Wila en esa labor Quiñónez destacó de gran forma no solo en lo que se refiere a tareas defensivas, se animó a ir al ataque y de sus pies surgieron algunas chances importantes de anotar. Daba la impresión de que Emelec no concretaba pero que el resultado no se le iba a escapar, Vélez no llegó con claridad al arco defendido por Dreer y es algo que debe ser recalcado. Van cuatro encuentros sólo ha recibido un gol.

Ahora la figura destacada de este inicio de año y que permitió también la victoria es Marcos Caicedo. Hasta en eso fue hábil Quinteros ya que apostó por la seguridad con el balón sabiendo lo parejo que resultaría el encuentro en la primera parte y cuando ya vio que existía cansancio y preocupación en los argentinos, la rapidez de Caicedo abrió espacios y oportunidades que pudieron ampliar el marcador.

También es de resaltar el nivel que viene mostrando Marlon de Jesús quién junto a Marcos Mondaini, Caicedo y Enner Valencia han generado un bloque ofensivo de temer. De Jesús, un 9 que está evolucionando cada vez más, Mondaini con su regularidad y los últimos con su gran cuota de desequilibrio.

Emelec también mira alto en la Copa, le ganó al rival a priori más complicado de su grupo y sigue firme en el torneo, un comienzo que ilusiona a su hinchada que tiene sed de títulos.

Parque Central y el Capwell, dos partidos, dos realidades y contextos distintos. Dos conclusiones diferentes en estadios parecidos.

Juan José Palacios
@jjpalaciosc