La continuidad de Iker Muniain era una de las pocas cosas positivas con las que San Lorenzo cerraba un 2024 en crisis futbolística e institucional. “Tengo la cabeza acá. No pienso en otra cosa”, aseguró días atrás y llevó tranquilidad en el mundo azulgrana. Pero duró poco, ya que un gigante como Botafogo posó sus ojos en él y presentó una oferta para llevárselo a Brasil.
El flamante campeón de la Copa Libertadores, que viene de tropezar en la Copa Intercontinental, quiere darle otro salto de calidad a su mediocampo para el 2025 y el volante vasco es prioridad para el técnico Artur Jorge. Por eso, en las últimas horas deslizaron una importante oferta que ya está en manos del entorno del jugador.
Si bien Muniain tiene contrato en el Ciclón hasta diciembre del año próximo, su salida no sería un problema debido a una cláusula de rescisión que se activa cada seis meses. Esto fue pactado de antemano con la dirigencia de Marcelo Moretti y se debe no solo a la libertad que le dieron para que pueda marcharse en dos ventanas de transferencias diferentes sin ponerle ninguna traba, sino también a la incertidumbre que había en torno al estado físico del ídolo de Bilbao.
Desde su llegada, el enganche de 31 años viene siendo una pieza clave, a tal punto que Miguel Ángel Russo le dio la cinta de capitán. En total disputó 14 partidos y marcó tres goles, uno de ellos a River en el Monumental (no lo gritó por su pasión millonaria) y los otros dos a Banfield en el Nuevo Gasómetro.
La reacción de Muniain en medio de los insultos y silbidos de San Lorenzo
El último viernes, tras la caída 1-0 con Tigre, Muniain no pudo ocultar su angustia por este momento futbolístico y agachó la cabeza, aunque solo unos segundos. Rápidamente hizo valer su chapa de capitán, rol que le otorgó Miguel Ángel Russo apenas asumió como DT: cuando los jugadores se estaban yendo rumbo al vestuario, los reunió en el círculo central y los obligó a quedarse mientras toda la cancha los insultaba.
También se tapó la boca con la mano y les dijo varias cosas que no fueron tomadas por las cámaras de la TV. Un gesto de respeto hacia la gente azulgrana y para demostrar que al Ciclón no le resbala el juicio que se hace en los tablones. Con el torso desnudo, ya que le había regalado su camiseta y dado un abrazo a un pequeño que se había filtrado en el verde césped, el experimentado volante vasco emprendió rumbo hacia la salida y sufrió el agravio generalizado.
Texto tomado de TYC SPORTS