Escrito por: Emilio Palacios.
Dentro de la ciudad de las flores y las frutas, entre las calles 13 de Abril y Mera, se encontraba en los años 90 una de las agencias de El Golazo, una antigua lotería deportiva que surgió en el año 1978 a través de la Empresa Nacional de Pronósticos Deportivos (Enprode). Freddy Espinoza, de 75 años, recuerda con cariño aquel lugar.
Oriundo de Guaranda, Freddy es un abogado retirado que le resalta su carácter amable y su cabello con destellos blanquecinos. A pesar de los años, aún mantiene una formalidad característica del derecho cuándo nos comparte sobre su vida y recuerdos. Él, fue uno de los ganadores de la mítica lotería que existió en el Ecuador.
Tenía 45 años, sus tres hijas pequeñas y muchos sueños con su esposa Amira. Freddy vivía en su ciudad natal pero realizaba viajes frecuentes a Ambato por trabajo. Era en esos viajes donde le daba una oportunidad a la suerte y su conocimiento en el fútbol adquiriendo las cartillas de El Golazo.
El juego era simple. Adquirías una cartilla por 4 sucres donde constaban 13 partidos del torneo local así como algunos partidos internacionales. El trabajo del usuario era marcar con una X el pronóstico: local, empate y visitante. Cada acierto equivalía a un punto, y el objetivo era lograr obtener los 13 para ganar el primer premio. Aunque también podías obtener una recompensa si acertabas 11 o 12 encuentros.
Cada viernes a las 18h00 los centros autorizados, ubicados en todas las ciudades del país, lucían llenos de aficionados a la lotería deportiva. En estos lugares se procedía a sellar manualmente la cartilla con los pronósticos -Memorias Retro Esmeraldas
Para Freddy, el juego era una actividad familiar bajo todo punto de vista. “Yo viajaba con mi suegra que también le gustaba el deporte” explica con cariño. Freddy e Isabel ponían a prueba su conocimiento y pasión en el deporte con las cartillas de El Golazo. Una actividad que los unía, con el sueño lejano de ganar los premios. Hasta que el momento llegó.
“En el caso mío, tuve la suerte de hacerme acreedor al Golazo. Gané tres veces, una fuerte y dos en pequeña escala” recuerda Freddy.
Él fue uno de las 80 personas que acertaron la cartilla. Los resultados se publicaban en los periódicos más reconocidos del país para que los fanáticos puedan comparar con su pronóstico inicial.
Luego, el procedimiento consistía en repartir el premio entre todos los ganadores para que cada uno reciba un proporcional. En esa ocasión. Freddy recibió alrededor de 300 000 sucres. Lo recuerda con gozo, ya que la nota salió en el periódico de su ciudad.
“Para un matrimonio joven y comenzando fue una aporte significativo” explica Freddy. Ese premio lo invirtió en la construcción de su casa en Guaranda. Para él, el jugar a la lotería deportiva era una actividad cotidiana que recuerda con cariño. Las emociones, la tensión con cada partido jugado, la espera de los resultados internacionales, era una experiencia que no la vivía solo. Compartía con su familia cada acierto, relataba a sus hijas cómo el conocimiento en el fútbol podría permitirle acertar.
Durante los 872 sorteos, la lotería deportiva permitió a sus fanáticos cumplir sueños. En redes sociales, ahora relatan con anhelo como el pronosticar les brindo alegría y les permitió alcanzar sus objetivos.
El juego y la pasión no han cambiado. Lo que motivaba a Freddy a llenar sus cartillas cada viernes es un sentimiento que también motiva a los usuarios digitales de Ecuabet. Hace más de un año, la casa de pronósticos ofrece la misma mecánica de juego en la Polla Ecuabet. Una cartilla digital con 10 partidos destacados de torneos locales e internacionales para que los usuarios puedan realizar su pronóstico. Con tan solo $1 puedes llevarte el premio de $10 000.
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