El guardameta Sergio Romero revivió al espíritu de Sergio Goycochea y con dos atajadas en los penales llevó a Argentina a su quinta final mundialista en Brasil 2014. Romero tuvo su revancha hoy tras una temporada irregular en el Mónaco.
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"No hay ningún truco. Es suerte. Es la realidad. Uno puede ir y no llegar" sobre los penales que desvió en la tanda.
"La esperanza está intacta desde el día uno. Estos muchachos no regalan nada. Se han preparado muy fuerte y juegan así", destacó el meta, que dedicó el triunfo y su actuación a su "mamá" y a su "señora".
Romero dijo a la afición argentina: "Disfruten este momento, porque nosotros vamos paso a paso. Mañana ya vamos a preparar la final", concluyó.