Más allá del resultado, el Clásico de la vuelta de los cuartos de final de la Champions League supuso un éxito histórico para el fútbol femenino. Con 91.553 se confirmó el récord mundial de asistencia, superando la final del Mundial de 1999 cuando en el Rose Bowl de Pasadena (Los Ángeles), donde se reunieron 90.195 en un partido en el que se enfrentaron la anfitriona Estados Unidos ante China.
Aunque se tardó más de la cuenta en ofrecer la cifra definitiva porque durante la primera parte iba entrando gente al estadio azulgrana. Un campo que volvió a teñirse de blaugrana y con la senyera cuando se repitió el mosaico cantando en himno del Barcelona a capela antes del minuto 20 para que se pudiera ver perfectamente el lleno.
No fue el único registro batido, claro. Evidentemente la cifra de asistencia pulverizó todo tipo de ránkings. También se batió el número de espectadores presentes en un partido de clubs, por encima del Atlético de Madrid-Barça de 2019 en el Wanda Metropolitano (60.739 seguidores) y, evidentemente, dejó en un segundo lugar la máxima asistencia en un encuentro de Liga de Campeonas mejorando el aforo de la final de 2012 entre el Olympique de Lyon y el FFC Frankfurt (50.212 asistentes).
TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO