Mesut Özil ya ha hecho llegar al Barça cuánto quiere ganar si finalmente el presidente azulgrana, Josep Maria Bartomeu, decide atacar su fichaje. El talento alemán pide unos 370.000 euros semanales (así se miden los sueldos en Premier), lo que equivaldría a más de 19 millones brutos al año. Unos 10 millones limpios de impuestos. Una cifra sin duda imponente a la que el Barça, asfixiado por una renovación de Messi que le ha puesto en el 84 por ciento de masa salarial sobre el presupuesto, sólo se podría enfrentar si libera en enero la ficha de Arda Turan, el sexto jugador que más cobra de la plantilla.
Además del astronómico sueldo, Özil pedirá una suculenta prima de fichaje aunque para el Barça ese sí es un problema menor. Su estructura económica si está preparada para hacer frente a pago de traspasos o de bonus en este caso. Hay algún factor más que permite pensar que el Barça pueda lanzarse a por el alemán. Arsene Wenger está dispuesto a aceptar un traspaso con tal de que no juegue para Mourinho la próxima temporada. Özil suena, y mucho, para el Manchester United. Si Wenger recibe suficiente información como para sospechar que no renovará con el Arsenal daría vía libre a un jugador que podría ser inscrito en Champions ya que el Arsenal juega Europa League esta temporada.
Los propietarios del club gunner, además, diseñan estos días el nuevo proyecto deportivo de la entidad y, a sus 29 años, Özil podría no ser una pieza imprescindible. De hecho, estos días suena ya con fuerza el nombre de Leon Goretzka, un todocampists del Schalke 04 que no ha cumplido aún 23 años. Sven Mislintat, ex cazatalentos del Dortmund y nuevo hombre fuerte del Arsenal en la planificación, se ha fijado en un jugador que despuntó en la pasada Confederaciones y al que también sigue el Barça, que mientras tanto ha abierto la partida de Özil.