El afiche del grupo terrorista Estado Islámico tiene a Lionel Messi como protagonista. Viste un traje de prisionero que lleva su nombre impreso y sangra del ojo izquierdo.
La amenaza contra Messi, difundida por el sitio de monitoreo extremista SITE, se enmarca en una campaña de terror contra el Mundial de Fútbol Rusia 2018, uno de los eventos deportivos más importantes del planeta que -justamente- se realizará en el territorio de uno de los principales enemigos de los yihadistas.
Hoy más temprano, con otro afiche, ISIS prometió una masacre. “Oh, enemigos de Alá en Rusia, juro que el fuego de los mujahideen [soldados en la guerra santa] los quemarán, tan sólo esperen”, dice el póster divulgado en redes sociales.
Debajo de esta amenaza puede verse a un típico soldado del “califato” armado con un AK-47 y explosivos observando el estadio moscovita de Luzhniki, cuya historia se remonta a 1954 y fue reconstruido íntegramente en los últimos años para convertirse en sede principal del Mundial y escenario de la esperada final pautada para el 15 de julio de 2018. La imponente obra abrió este mismo año.
Rusia es, junto a Estados Unidos, uno de los principales enemigos del ISIS debido a su rol activo en la Guerra Civil Siria, donde su poderosa aviación bombardea posiciones yihadistas y rebeldes en apoyo del dictador Bashar al Assad.
En consecuencia ha sido blanco de ataques terroristas en su propio territorio, como el ocurrido en el metro de San Petersburgo y que provocó 14 muertos en abril.
Rusia espera que cerca de un millón de turistas lleguen a la 11 ciudades que participan del Mundial de Fútbol de 2018, un evento comenzará el 14 de junio y se prolongará hasta el 15 de julio, realizándose en 12 estadios concentrados en el oeste del extenso país.