Itziar González (47) denuncia, en una dura y extensa entrevista en ‘Marca’, que desde que llegó al Real Madrid para ejercer de nutricionista, ha sufrido acoso laboral por parte del club. La vasca, que tiene un dilatado palmarés formativo, ha llevado a juicio su caso. Así explica cómo empezó todo: “Tras malas experiencias con los servicios médicos de otros equipos, al Madrid le digo que no, pero me insisten y voy porque me dicen que lo pide el presidente”. “Esa temporada, Carvajal y Rodrygo son los únicos que quieren trabajar conmigo. Hay algún otro jugador que me dice que le gustaría empezar a trabajar conmigo, pero los médicos les dicen que “ni se les ocurra”.
“En noviembre del 23me vuelven a llamar para trabajar con Carvajal y Arda Güler toda esa temporada 23-24. Los médicos les dicen que no lo hagan y me dicen que mi trabajo no sirve para nada”. “En octubre del 24 me vuelve a pedir ayuda Dani Carvajal cuando se lesiona. Y posteriormente me llama un fisio de parte del presidente para que me incorpore con todo el equipo. Digo que no puedo estar allí a tiempo completo y tampoco quiero, porque no respetan mi trabajo. Llegan a un acuerdo conmigo para que pueda trabajar allí media semana y desde casa la otra media. Accedo porque me dicen que es una petición personal del presidente y que él va a conseguir que los médicos me dejen trabajar”.
Itziar afirma que nada de eso ocurrió: “Los Servicios Médicos crean un ambiente hostil desde el minuto uno. El primer día me dicen que estoy allí por un capricho del presidente, pero que ellos saben manejarle y que hace todo lo que ellos quieren, y que van a manipularle para convencerle de que estoy loca y que me eche. No me presentan, no me saludan, no me hablan. Tampoco me contestan los correos electrónicos ni los mensajes”.
La acusan de robar un lote de suplementos
“Solo me hablan a veces cuando se cruzan conmigo por los pasillos para decirme que lo hago todo mal y que dice el presidente que no hable con nadie, que no salga de un habitáculo lúgubre que me ponen, que no hable con los jugadores, que no haga nada, que la gente no me quiere ahí, que a los jugadores les doy asco. La primera semana me acusan de robar un lote entero de suplementos y consigo demostrar que yo no he sido, pero me entra miedo y, a partir de entonces, me comunico siempre por escrito”.
“Al final viene el presidente en persona a decirme qué quiere que haga, que es totalmente diferente a las órdenes que me daban supuestamente “de parte del presidente”. Así que hago exactamente lo que el presidente me pide. Sin embargo, sigue las trabas y el acoso: “Me ponen todo tipo de problemas para llevar a cabo el trabajo: en el bufé ponen los alimentos que desaconsejo; la camarera se ríe de mí y les dice continuamente a los jugadores que no me hagan caso, que no tengo ni idea; el cocinero no pone lo que le pido y pone lo que le parece, como bollería prepartido; el gerente no compra lo que aconsejo; el chico que tiene que preparar los suplementos pone suplementos diferentes a los que yo digo; los médicos y fisios les dicen a los jugadores que no sigan mis indicaciones, no me dan información de cómo están… Se ríen constantemente de mí, se burlan en los grupos de WhatsApp…”.
Aunque el trabajo de Itziar da sus frutos, nada mejora y acaba pidiendo marcharse: “Hay jugadores que mejoran notoriamente y lo comentan en el vestuario. Uno deja de tener el dolor que llevaba meses; otro deja de tener calambres que siempre tenía; otro comenta que nunca está cansado; otro que está más ágil y rápido; y, sobre todo, varios comentan que no se cansan y que podrían seguir jugando después de los 90 minutos sin problema. Hay dos de esos jugadores que me cuentan que se lo dicen directamente al presidente. Eso genera un odio de los Servicios Médicos y del personal del bufé insoportable para mí, y 13 días después de firmar el contrato, pido romperlo y no volver. Pero se me dice desde Dirección que los jugadores y el presidente quieren que esté y que aguante, que ellos lo van a solucionar todo”.
Los jugadores, “víctimas en una cárcel de oro”
Itziar no tiene nada que reprochar a los jugadores. Todo lo contrario: “Son maravillosos. No podía hablar mucho con ellos porque me ponían todo tipo de impedimentos los Servicios Médicos, y son ellos los que piden que viaje para poder hablar conmigo ante la imposibilidad de hacerlo en Valdebebas. En general, me parecen unos chavales estupendos, respetuosos conmigo y con mi trabajo, curiosos y con ganas de aprender y de saber el porqué de las cosas. Me dan mucha pena porque ellos son víctimas en una cárcel de oro y no pueden hacer nada. A pesar de tener a los Servicios Médicos a diario diciéndoles que no siguieran mis pautas, la mayoría lo intentaba hacer. Es lo único positivo que me llevo de esta horrible experiencia”.
“Ante la situación hostil, la dirección me manda a casa y no me dejan viajar al partido contra el Espanyol. Tengo miedo, ansiedad, no puedo dormir, lloro todo el tiempo, pido ayuda a Dirección y me dicen que aguante. En el partido contra el Girona veo al presidente y viene muy enfadado por unas mentiras que le han contado de mí. Para mí se acaba todo ahí. Vuelvo a pedir irme y no me dejan, y me dicen que van a contar al presidente la verdad. Luego me convocan a una reunión con un patrocinador y me dice que es amigo de los médicos, que ya han conseguido que el presidente me eche, pero que van a intentar humillarme el tiempo que me quede. Desde Dirección se me impide entrar en Valdebebas, según ellos, por mi seguridad física; me dicen que van a iniciar una investigación interna y que no me preocupe y que esté tranquila, que los van a echar a todos porque es intolerable lo que han hecho. Vuelvo a pedir irme y se me dice que no”.
Por fin logra que la dejen salir. “Me llama el director de Recursos Humanos para agradecerme el trabajo y para decirme que no han podido con los médicos y que queda anulado el Servicio de Nutrición. Me dicen que he hecho un trabajo excepcional, que lo he hecho todo bien y me pagan todo el contrato que me faltaba. Le digo que yo solo quiero que el presidente y los jugadores sepan la verdad, y que exijo que desmientan todas las mentiras que han dicho sobre mí en el club, y, de manera muy cortés, me dice que eso no va a ser posible”. Entonces, “pongo una denuncia a pesar de que me ‘aconsejan’ que no lo haga y me dicen que no tengo ninguna posibilidad de ganar, y que, además, me van a arruinar la vida”.
Preguntada por la razón que no le ha hecho hablar hasta hora, Itziar responde: “Porque todo el mundo -gente de dentro, gente que no tenía ni idea, familia, amigos, conocidos, periodistas- me decía que el Real Madrid tiene mucho poder e iban a sacar la información tergiversada en mi contra, e iban a hacerme daño físicamente y a mi nombre y reputación. Pero aún tengo pesadillas cada noche. Quiero cerrar este capítulo para siempre y siento que hasta que no lo cuente no lo voy a poder cerrarlo”.
TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO


