La tensión en Barcelona SC alcanzó un nuevo punto crítico tras el contundente comunicado emitido por el presidente del club, en respuesta a la postura asumida por un grupo de jugadores. El máximo dirigente fue categórico y lanzó un mensaje directo: “A Barcelona no lo van a chantajear. Jugaremos con juveniles la última fecha y vamos a refundar el club de verdad”.
Las declaraciones evidencian una ruptura profunda entre la dirigencia y parte del plantel, en un momento clave de la temporada. Pese al conflicto interno, el club amarillo se juega mucho más que tres puntos en lo deportivo. El último duelo ante Independiente del Valle, a disputarse en el estadio Banco Guayaquil, será determinante en la lucha por el cupo directo a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026.
Barcelona SC mantiene una disputa directa con LDU por ese boleto, que no solo representa prestigio deportivo, sino también una importante implicación económica. Clasificar directamente a la fase de grupos de la Libertadores garantiza ingresos superiores a los 3 millones de dólares, una cifra clave para la estabilidad financiera del club.
El escenario es complejo: mientras la dirigencia apuesta por un golpe de autoridad y una reestructuración profunda, el equipo enfrenta uno de los partidos más trascendentales del año, con la presión deportiva y económica al máximo. El duelo ante IDV no solo definirá el futuro internacional de Barcelona SC en 2026, sino que también puede marcar el inicio de una nueva etapa institucional en el club.


