Zinedine Zidane mira cualquier banquillo y sonríe. No puede evitarlo, ni tampoco lo disimula. Hasta su semblante ha cambiado en sus últimas apariciones públicas. Su regreso a la competición está cercano, quizá no tanto como algunos desearían, porque tendrá que esperar a que termine el Mundial. El francés será el nuevo seleccionador galo en cuanto la cita mundialista termine, tal y como lleva apuntando la prensa francesa en los últimos meses. Su desembarco se lleva fabricando en el tiempo. Deschamps tiene fecha de caducidad, anunciada por él mismo. Además, sus últimos movimientos así lo certifican.
El todavía seleccionador francés y sus agentes se están moviendo alrededor de diferentes banquillos del campeonato saudí en busca de acomodo cara a la próxima temporada. Sabe que su currículum en el banquillo del combinado francés le puede abrir la puerta de los mejores equipos saudíes. Por ello está trabajando su más que posible llegada a tierras árabes. No importará lo que haga en el próximo Mundial y sí lo hecho en los anteriores. No olviden aquello del título en Rusia y el subcampeonato en Qatar.
En los últimos días se ha llegado a rumorear aquello del nuevo reencuentro entre el Real Madrid y Zidane con el fin de ser una alternativa a Xabi Alonso. Nada de eso. Ni en la primavera pasada ni ahora se ha pensado en alternativa alguna para el banquillo madridista. La relación a nivel club con Zidane es buena, pero de ahí a pensar en que exista de nuevo un vínculo profesional media un abismo.
Zidane genera ilusión en Francia y su llegada al banquillo es cuestión de tiempo, el que falta para que el Mundial de 2026 termine. Todos los ofrecimientos recibidos han sido rechazados por el ex del Real Madrid. Francia espera a uno de los mejores futbolistas de la historia. Ha esperado su momento y, como él mismo reconoce: “Pronto volveré a entrenar”.
El historial de Zidane como técnico se reduce al Castilla y al Real Madrid, pero lo que logró como máximo responsable deportivo del club blanco está a la altura de los grandes. Tan solo Ancelotti puede presumir de tener tres Champions con el equipo madridista, a las que añadir las logradas con el Milan. No es sencillo rechazar interesantes (deportivas) e importantes (económicas) propuestas, pero Zidane ha querido esperar al momento idóneo y ese ya aparece por el horizonte. Esa espera ha venido de la mano del respeto de todos, porque hacerse cargo de otro equipo en situación comprometida, asumir el primer banquillo que se cruzó en su camino, podría haber puesto en riesgo algo que el que fuera entrenador y jugador del Real Madrid siempre ha priorizado, que no es otra cosa que el prestigio deportivo.
TOMADO DE DIARIO AS


