Friday, August 22, 2025
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¿Cómo hizo la Premier League para convertirse en la liga más poderosa del mundo?

Se cierra otro mercado estival en el que la Premier League volvió a destacarse como la competición que más dinero invirtió en la contratación de futbolistas. Los números pueden sonar alarmantes: gastó más que las otras cuatro grandes ligas europeas juntas. Preocupados porque sus torneos ya no acaparan todos los flashes como ocurría antes, los dirigentes del resto de las competiciones del Viejo Continente argumentan que esta situación atenta contra la competitividad y que un agente externo debería regular a los equipos ingleses para proteger al resto. Pero este reclamo, que a priori parece justo, viene aparejado de cierta inoperancia que los hace tirar manotazos de ahogado que van en contra de la idiosincrasia de sus propias ligas. ¿Por qué hay tanta diferencia entre la Premier y el resto? ¿Cómo generan tantos ingresos los clubes? ¿Quiénes los regulan? ¿Vamos camino a un monopolio?

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Para comprender dónde estamos situados hoy, tenemos que remontarnos a principios de la década del 90'. El fútbol mundial estaba dominado económica y deportivamente por la Serie A italiana, mientras que en Inglaterra se encontraban en un importante proceso de renovación que intentaba dejar atrás la etapa oscura de los hooligans y las tragedias de Hillsborough y Heysel.

Además había otro grave problema: el reparto de los derechos televisivos. Hasta 1991 la Primera División inglesa estaba controlada por la Football Association (FA), que también tenía a su cargo las otras tres divisiones inmediatamente inferiores; en total 92 equipos profesionales. El 50% de los ingresos, en su mayoría generados por la por entonces llamada First Division, iban destinados a la sostenibilidad de las categorías más bajas.

Por este motivo, el establishment de la liga -entiéndase Manchester United, Liverpool, Arsenal, Tottenham y Everton- impulsó la creación de una competición autónoma, regulada por los equipos participantes y sin la necesidad de compartir los ingresos generados. La idea convenció al resto de las instituciones y el 27 de mayo de 1992 se aprobó la creación de la Premier League que comenzó meses más tarde.

Además de la mejora en la calidad de las transmisiones y en los operativos de seguridad de los estadios, hubo dos factores que favorecieron la rápida evolución de la nueva competición: la Ley Bosman, que facilitó la llegada de grandes estrellas y amplió el cupo de extranjeros en los clubes, y las inversiones extranjeras, que llenaron las arcas de las instituciones.

Volvamos al presente con una aclaración importante: cuando hablamos de la cantidad de dinero que invierte la Premier en el mercado de fichajes, debemos considerar el gasto neto, o sea, la diferencia entre los ingresos y los egresos. Quedarse con que gastaron 2.700 millones de euros y no considerar que fueron los que más dinero recibieron en ventas es mirar solo una parte de la película.

En parte se debe a que el mercado interno está muy inflado y se pagan cifras exorbitantes por algunos futbolistas que quizás no lo valen. Noni Madueke, extremo que pasó sin pena ni gloria por el Chelsea, fue transferido al Arsenal por una suma cercana a los 60 millones de euros. Por otro lado, muchos gigantes europeos optan por adquirir figuras ya probadas en la liga más competitiva del mundo y desembolsan grandes montos por ellos. El Bornemouth, por ejemplo, vendió a sus dos centrales por más de 120 millones de euros: Dean Huijsen se fue al Real Madrid por 59.5 e Ilya Zabarnyi fue adquirido por el Paris Saint-Germain a cambio de 63.

Entonces, esos 2.700 millones en realidad se transforman en 1.225. Sigue siendo un número altísimo en comparación al resto de ligas, pero es mucho más acorde al dinero que perciben las instituciones inglesas en cada ejercicio económico.

El factor que explica la gran diferencia económica que existe son los ingresos televisivos y cómo son repartidos. Este año entró en vigencia el nuevo contrato de televisación y los números son aún más altos que en temporadas anteriores. El apartado de derechos nacionales aumentó un leve porcentaje, mientras que nuevos acuerdos en Asia, Estados Unidos y Escandinavia, catapultaron los montos a percibir por derechos internacionales. El total rondaría las 3.000 millones de libras.

En su página web oficial, la Premier League publicó una tabla con los pagos a los clubes por ingresos comerciales y de transmisión durante la campaña pasada. En la misma se desglosa, de manera detallada, los montos que se le entregaron a cada institución y los motivos. Lo interesante es que tanto en los ingresos televisivos nacionales e internacionales, como en los ingresos comerciales, hay una cifra determinada que se reparte de forma equitativa (97.9 millones de libras). El resto se distribuye según el mérito deportivo, la cantidad de partidos que fueron emitidos en abierto y por el número de colaboraciones con la TV para mejorar el producto.

La diferencia que existe entre el Liverpool (campeón) y el Southampton (último) es de 65 millones de libras. Por supuesto que después la brecha se agrandó porque los Reds recibieron muchísimo más dinero por su participación en la UEFA Champions League y por sus acuerdos de patrocinios, bastante más jugosos económicamente que los del Soton; pero la repartición que hace la liga, aquella que debería ser la más justa para evitar grandes diferencias entre los clubes, es la más ecuánime de las cinco grandes de Europa.

En España, la segunda que más recauda en derechos televisivos, reciben 1.500 millones de euros menos que la Premier y para colmo la división es menos equilibrada. El 50% de los ingresos se reparte por igual, o sea que cada club se asegura un aproximado de 35 millones de euros. El resto, beneficia a los grandes: mientras que el campeón recibe el 17%, el último percibe apenas el 0.25%. Del dinero restante, un tercio se divide entre los equipos en función de la venta de entradas y abonos; otro tercio según las audiencias y un último tercio según el número de colaboraciones con las televisiones para mejorar el producto. Básicamente, la porción más grande de la torta va para el Barcelona, el Real y el Atlético de Madrid.

Otro aspecto que beneficia a la Premier League es cómo funciona su Fair Play Financiero, la regulación que tiene como objetivo evitar que los equipos lleguen a un nivel de gasto que ponga en peligro su existencia. Se calcula en períodos de tres años, lapso en el que los clubes pueden perder hasta 105 millones de libras.

La evaluación se hace una vez que la institución presentó su balance económico de la última temporada (tienen tiempo hasta el 31 de diciembre) y se le suman las dos anteriores. Esto les da cierto margen para desembolsar mucho dinero en un mercado de traspasos y acomodar las cuentas durante las dos campañas siguientes, ya sea vendiendo futbolistas, con nuevos acuerdos de patrocinio o llegando lejos en competiciones continentales.

Este sistema, bastante flexible, le permite a los equipos ingleses estar mejor parados económicamente para hacerse con las grandes estrellas del fútbol mundial. Sin embargo tiene un grave problema: no es preventivo, sino que sanciona una vez que el club ya está en crisis financiera.

Por eso, cuando un equipo no está bien gestionado, como pasó con el Everton de Farhad Moshiri, que se endeudó en busca de dar el salto para competir de igual a igual contra los mejores equipos de la liga y le salió el tiro por la culata, las consecuencias pueden ser graves. En los últimos años tuvo enormes problemas para cuadrar sus cuentas, recibió una quita de diez puntos en la temporada 22/23 y de dos en la 23/24, y estuvo a punto de descender en varias ocasiones, algo inusual para este equipo histórico que no juega en Segunda División desde la década del 50'.

La diferencia económica también se trasladó a los resultados. Repasemos cómo le fue a los equipos de la Premier League en competiciones internacionales durante las últimas cinco temporadas:

Balance de los equipos ingleses en competencias internacionales: 257 V - 79 E - 87 D
Títulos de los equipos ingleses en competencias internacionales: 9 (2 Champions League, 1 Europa League, 2 Conference League, 3 Mundiales de Clubes y 1 Supercopa Europea).

*Además hubo dos finales entre ingleses (Champions League 2023 y Europa League 2025) y cuatro campeones distintos (Chelsea, Manchester City, Tottenham y West Ham), algo que no pudo repetir ningún otro país en este período de tiempo.

El fútbol actual está regido por la inercia: las cosas buenas (más si tienen que ver con lo económico) traen más cosas buenas. Si un equipo tiene dinero puede comprar a los mejores jugadores, si tiene a los mejores jugadores sus partidos son más atractivos y concurre más gente al estadio, si sus partidos son más atractivos los acuerdos televisivos son más jugosos, si los acuerdos televisivos son más jugosos los clubes perciben más dinero por temporada. Y así se renueva el ciclo.

¿Y qué están haciendo las otras ligas para achicar la brecha con la Premier? En principio están tirando manotazos de ahogado peligrosos. Los dirigentes de La Liga, por ejemplo, quieren llevar un Barcelona-Villarreal a Miami para atraer audiencia estadounidense y latinoamericana. La gran mayoría se opuso con el argumento más que lógico de que "el fútbol nacional se tiene que jugar en el país". Ya sacaron de España la Supercopa para llevarla a Medio Oriente, otro mercado emergente por no decir asentado en el fútbol del siglo XXI; misma decisión que tomaron en Italia y Francia. No parecen medidas que vayan a modificar el statu quo actual.

Así como se hizo en Inglaterra a principios de la década del 90', el cambio debe ser drástico y los dirigentes tienen que entender que no se dará de un día para el otro. Deben ser inteligentes para tomar decisiones que beneficien a sus clubes sin trastocar la idiosincrasia de sus países. La Premier League lo hizo y hoy goza de ser la más poderosa del mundo.

Texto tomado de TYC SPORTS

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