El nuevo formato del Mundial de Clubes ha superado las expectativas y se ha convertido en un evento central en la agenda del fútbol global. Lo que muchos consideraban un torneo de segundo plano, hoy acapara la atención de fanáticos, dirigentes y grandes potencias del balompié internacional. La edición 2025, actualmente en desarrollo, ha dejado claro que el certamen llegó para quedarse.
Tal como ha informado el diario MARCA, la FIFA ya ha garantizado la realización del torneo en 2029, y se ha abierto un periodo inicial de manifestación de interés —no aún de candidaturas formales— para acoger el evento. Primero fue España quien expresó públicamente su intención de albergarlo. Luego, Brasil, a través de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), anunció que iniciará un proyecto con ese objetivo.
Ahora, Marruecos ha entrado en escena. De manera independiente, el país africano ha comenzado a mover fichas para conocer los requisitos y pasos necesarios con miras a presentar su candidatura. Este movimiento llama la atención, considerando que Marruecos será coanfitrión junto a España y Portugal del Mundial de selecciones en 2030. Sin embargo, ambas naciones han iniciado caminos separados en la carrera por organizar el torneo de clubes más importante del mundo.
El creciente interés por acoger el Mundial de Clubes 2029 es una muestra del impacto que ha generado esta nueva versión del torneo. Aunque aún hay aspectos como el calendario que deben ajustarse, el entusiasmo de los países postulantes refleja que el certamen ha ganado un lugar relevante en el ecosistema del fútbol global.