El enfado en el Real Madrid con los árbitros, tanto en el club como en el vestuario, va en aumento hasta el punto que poco menos que ven una mano negra. "No es normal" es la frase que dicen desde el club blanco, mientras que entre los jugadores, las expresiones son mucho más fuertes a la hora de hablar de los árbitros.
El Real Madrid se fue de Pamplona con un enfado tremendo y en las altas esferas sospechan que no es casual que después de la carta de protesta que enviaron tras el partido ante el Espanyol, al equipo le hayan pitado dos penaltis de VAR y no hayan entrado en otras acciones, como la de los hasta tres penaltis que reclamó el Real Madrid en Pamplona.
En el club blanco ven como sospechoso que antes de la carta que enviaron al Federación y CSD, no le habían pitado ningún penalti en contra y ahora lleva dos seguidos y ambos, de VAR. Unas sospechas que llegan justo antes de la reunión de mañana con el CTA.
Si eso piensan en la zona noble de Valdebebas, en el vestuario están que arden con los árbitros. Ayer, en Pamplona, los jugadores y tampoco el cuerpo técnico entendieron la actuación de Munuera Montero. Por la expulsión de Bellingham, pero sobre todo por los penaltis que reclamaron y no señalaron. No entienden que el VAR no avisara al colegiado de esas acciones y la sensación que hay es de impotencia y de que van a tener muy complicado ganar LaLiga si esto sigue así.
TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO