Jonás Gutiérrez conoce bien lo que significa superar adversidades. Desde pequeño enfrentó grandes desafíos: a los tres años sufrió una parálisis temporal del lado izquierdo de su cuerpo, y en 2014 luchó contra un cáncer testicular mientras jugaba en el Newcastle y era parte de la Selección Argentina, con la que disputó el Mundial 2010.
Tras pasar por equipos como Vélez, Mallorca y Deportivo La Coruña, decidió retirarse hace cuatro años. Sin embargo, con 41 años, encontró nuevamente en el fútbol un refugio para reencontrarse consigo mismo. Su regreso se da en el club amateur de Las Toninas, una pequeña localidad costera que considera su lugar de paz. "Siempre que mi cabeza no estaba bien, vine aquí. El mar y el fútbol son mi cable a tierra", confesó en una charla con Relevo.
Sobre esta nueva etapa, Gutiérrez explicó que no tenía planes de volver a jugar, pero la propuesta del entrenador del equipo lo convenció. "El técnico me preguntó si quería sumarme, y acepté. Es una forma de devolver el cariño de la gente y del lugar que tanto me ha dado". Aunque reconoce que su cuerpo fue exigido durante su carrera, esta experiencia le permite disfrutar del deporte desde otra perspectiva.
El fútbol, para él, siempre fue más que un trabajo: "Nos levantamos y entrenamos todos los días. La pelota forma parte de nuestras vidas desde chicos". De hecho, comenzó a jugar a raíz de una recomendación médica tras aquella parálisis infantil, un hecho que marcó su relación con el deporte. "Siempre trato de buscarle el lado positivo a las situaciones, por más difíciles que sean", reflexionó.
Su carrera internacional lo llevó a jugar en España, donde guarda recuerdos especiales de su paso por el Mallorca, club que le abrió las puertas de Europa en 2005. "La isla es maravillosa, todavía tengo mi casa allí. El gol que marqué contra Osasuna, con la máscara de Spiderman, me marcó mucho, porque hasta en Inglaterra comenzaron a llamarme así", recordó.
Además, su vínculo con la Selección Argentina quedó grabado en su memoria. Bajo la dirección de Diego Maradona, disputó el Mundial 2010. "El Diego tenía una capacidad de resiliencia increíble. Aprendí mucho de él, sobre todo de cómo siempre se levantaba de los momentos más oscuros", comentó. También elogió a Lionel Messi, a quien considera único: "Nunca vi a alguien con su visión y habilidad. Está en otro nivel, incluso comparado con jugadores de élite como Di María o Agüero".
En 2014, su vida dio un giro con el diagnóstico de cáncer testicular. Aunque enfrentó incertidumbre y duros tratamientos, nunca perdió la esperanza. "No tuve miedo a morir, pero sí a lo desconocido. La quimioterapia fue difícil, pero agradezco que el fútbol me preparó físicamente para soportarla". Superar esta etapa lo hizo valorar aún más la vida cotidiana: "Aprendí a disfrutar cada día y agradecer cada mañana".
Hoy, en esta nueva etapa en Las Toninas, Gutiérrez se permite redescubrir la felicidad a través del fútbol, sin presiones ni objetivos más allá de disfrutar del deporte. Aunque no tiene en mente ser entrenador, por ahora la redonda sigue siendo su manera de mantenerse conectado con la vida.
Texto tomado de TYC SPORTS