El calendario futbolístico ecuatoriano está generando tensión entre los aficionados, ya que el 1 de febrero coincidirán dos de los eventos más esperados: la Noche Amarilla de Barcelona SC y la final de la Supercopa Ecuador entre El Nacional y Liga de Quito. La Noche Amarilla, un evento que tradicionalmente inaugura la temporada para el equipo torero y presenta a su plantilla junto a una estrella internacional invitada, se ha convertido en un espectáculo de gran atractivo para los hinchas del club y del fútbol en general. Por otro lado, la Supercopa Ecuador, que define al campeón del certamen entre los equipos de mejor desempeño reciente, es un duelo de alta competitividad que promete emociones intensas.
El choque de horarios entre ambos eventos pone en una difícil situación a los aficionados al fútbol ecuatoriano, que se ven obligados a elegir entre dos espectáculos igualmente relevantes. Mientras Barcelona SC recibirá a su estrella internacional y hará gala de su tradicional evento en el Estadio Monumental, la Supercopa promete una batalla entre dos de los clubes más representativos del país en un partido decisivo.
Opinión: El futbolero, el gran perjudicado
La decisión de programar dos eventos de esta magnitud en el mismo día evidencia una falta de coordinación entre las instituciones organizadoras del fútbol ecuatoriano. Se debió haber considerado el impacto negativo de esta coincidencia para los aficionados y los propios eventos.
La Noche Amarilla no solo es un evento deportivo, sino también cultural, que atrae la atención de miles de hinchas, incluso más allá de las fronteras ecuatorianas. Por otro lado, la Supercopa Ecuador representa un momento de definición competitiva que también capta la atención nacional. Al cruzar estos eventos, no solo se dividen las audiencias, sino que también se desdibuja la importancia que cada uno merece.
El aficionado al fútbol queda en medio de esta disyuntiva, forzado a priorizar una pasión sobre otra. Los seguidores de Barcelona SC podrán asistir a su emblemática fiesta, pero muchos también querrían ver a El Nacional y Liga de Quito luchar por un título. Esta falta de visión también impacta en la cobertura mediática, que se verá dividida, restando protagonismo a ambos eventos.
Es imperativo que en el futuro se planifique de manera más eficiente el calendario futbolístico. Los eventos no solo deben evitar coincidir en fecha, sino también garantizar que cada uno reciba el protagonismo que merece. Al final, el gran perjudicado no es solo el hincha, sino el fútbol ecuatoriano en su conjunto, que pierde la oportunidad de brillar en unidad ante el país y el mundo.