Todavía falta una década, pero Arabia Saudita ya se prepara para albergar el Mundial 2034 con estadios de lujo y tecnología nunca antes vista. Mientras avanzan las obras, la FIFA evalúa hacer un cambio importante: así como Qatar 2022 –donde se coronó la Selección Argentina- se disputó entre noviembre y diciembre, esta cita máxima también podría tener un calendario inusual.
La idea de las autoridades deportivas es reprogramar la Copa del Mundo para evitar tanto el calor extremo del verano como el Ramadán (periodo anual musulmán de ayuno y oración), según el informe de evaluación de la candidatura saudí. El mismo destaca que en el país anfitrión “las temperaturas máximas diurnas pueden superar los 40 °C en las horas más calurosas del día en Riad”, mientras que “son más suaves de octubre a abril”, entre los 15 y los 26 °C, dependiendo de la ciudad.
El reporte subraya además "la necesidad de garantizar condiciones óptimas tanto para jugadores como espectadores" y señala la importancia de respetar el calendario religioso, incluyendo el Ramadán y la peregrinación del Hajj (cuando más de 1.5 millones de peregrinos viajan a Arabia Saudí desde todas partes del mundo), entre febrero y marzo de ese año.
Si bien se plantea la posibilidad de llevar a cabo el certamen de selecciones en enero (esto provocaría el fin anticipado de los Juegos Olímpicos de Invierno en Salt Lake City, previstos para comenzar el 10 de febrero), esto podría impactar a las ligas europeas, especialmente a la Premier League, que tendría que ajustar sus tradicionales partidos navideños.
Por otro lado, celebrarlo después de los Juegos Olímpicos implicaría enfrentarse al cierre de las temporadas en las principales competiciones europeas. A pesar de estos contratiempos, la FIFA todavía no trazó el calendario internacional más allá de 2030, por lo que hay margen para ajustes y retoques.
Texto tomado de TYC SPORTS