Una verdadera revolución generó Iker Muniain en San Lorenzo desde su llegada al fútbol argentino. Jugó apenas tres partidos y marcó dos goles, ambos el último fin de semana contra Banfield en el Nuevo Gasómetro, pero el pueblo azulgrana sueña con que se quede a vivir en el club.

La realidad es que el volante vasco firmó en el Ciclón hasta diciembre del 2025 y hay un detalle en su contrato que puede encender las alarmas en los próximos mercados de pases. Es que tiene una particular cláusula de rescisión que se activa cada seis meses.

Esto fue pactado de antemano con la dirigencia de Marcelo Moretti y se debe no solo a la libertad que le dieron para que pueda salir en dos ventanas de transferencias diferentes sin ponerle ninguna traba, sino también a la incertidumbre que había en torno al estado físico del ídolo de Bilbao, de larga inactividad antes de su debut con Vélez en el Nuevo Gasómetro (había estado 101 días sin jugar tras su despedida en La Liga española). En caso de no estar en plenitud y poder competir al 100%, el vínculo puede cortarse si alguna de las partes lo desea.

A su vez, en caso de que en diciembre o junio próximo aflore alguna oferta seductora, podrá armar las valijas y marcharse de San Lorenzo, que hoy disfruta de su fútbol y su jerarquía. Vale remarcar que Muniain expresó en numerosas oportunidades que su gran deseo es cruzarse la banda roja de River y le hizo varios guiños, aunque ni Martín Demichelis ni Marcelo Gallardo lo consideraron en el último mercado de pases.

Texto tomado de TYC SPORTS