Aunque el nuevo proyecto de Thiago Motta con la Juventus pinta bastante bien, va a necesitar estar casi perfecto para impedir que el Inter de Milán revalide por tercer año consecutivo el Calcio, y es que las sensaciones que dejó en la paliza del Atalanta fueron demoledoras (4-0).

La DEA, algo más centrada igual en el mercado de fichajes tras la salida hace pocos días de Teun Koopmeiners a la ‘vecchia signora’ e intentando retener a Lookman, a los que echaron de menos, no tuvo ninguna opción. Salió con la cabeza en otra parte a jugar al Giuseppe Meazza y eso, ante un Inter con los deberes hechos este verano, es mortal. En el minuto 4 de partido ya iba por delante el equipo de Simone Inzaghi, que jugó con un bloque de la pasada temporada y con los fichajes esperando en el banquillo. Fue, vale decirlo, con algo de fortuna, porque un centro de Thuram lo desvió con la puntera Djimsiti, que no tuvo para nada su día, y acabó en propia portería.

Solo era el preludio de un asedio ininterrumpido. El Inter dominó como y cuando quiso. Jugando con clase y rematando todavía mejor. El estelar Barella aparecía poco después para ampliar la ventaja. Un despeje corto del Atalanta (uno de tantos) caía llovido a la frontal del área y el italiano, letal, la cazó sin dudar con su zurda para marcar el tanto del partido (10’).

Jaque mate. No tuvo opción de respuesta el Atalanta, aunque Gasperini lo quisiera. Sommer solo tuvo que intervenir un par de veces, ambas con mérito, y es que cuando la DEA quiso tomar el control el que los mató fue Thuram corriendo a las espaldas. Y acabó también con las opciones del Atalanta su propia defensa, que muy falta de tensión cometió errores imperdonables. Empezando de nuevo por Djimsiti, que solo arrancar el segundo tiempo midió mal un saque de banda largo, peinó el balón hacia Carnesecchi y quedó franco para que Thuram, con la puntera, hiciera el tercero (47’). Y lo peor del caso es que la cosa fue a peor más tarde en un saque de esquina que fue incapaz de despejar la defensa del Atalanta, en una jugada de toques en el área rocambolesca que acabó con el mismo final: punterazo de Thuram (57’).

Lo cierto es que el marcador se le quedó corto al Inter. No logró marcar tampoco Lautaro, algo desesperado por quedarse en blanco, pero ni Arnautovic ni Taremi, que entraron más tarde, lograron la manita por su falta de puntería. El Inter vuela.