Se ha demorado más de lo debido, pero Mikel Merino ya es jugador del Arsenal a todos los efectos. El navarro, ya exjugador de la Real, ha firmado esta misma mañana el contrato que le vincula al club gunner hasta verano de 2028, con opción a una temporada más. Merino, tal y como avanzó este periódico, pasó parte del reconocimiento médico el viernes y el sábado realizó las últimas pruebas, pero no pudo estar presente en el encuentro liguero de su nuevo club ante el Aston Villa.

El acuerdo estaba cerrado desde el pasado jueves, después de un viaje express de Jokin Aperribay a la capital inglesa para tratar el traspaso con los dirigentes del Arsenal. Sin embargo, la oficialización del traspaso se ha atrasado hasta hoy martes porque aún quedaban unos pocos detalles por zanjar, pero en ningún caso ha peligrado la operación. Merino, en su último año de contrato con la Real, deja una cifra cercana a los 38 millones de euros en las arcas del club que le ha hecho crecer, de los cuales 33,5 millones serán fijos (uno para Osasuna) y cinco variables.

La Real se enfrenta así al reto de reinventar un centro del campo en el que mantiene a dos piezas importantes como Zubimendi -pretendido por el Liverpool- y Brais. No obstante, el regreso de Merino a la Premier, objetivo del navarro desde navidades, y la retirada de David Silva el verano pasado, descomponen en cierta medida la medular que llevó a la escuadra txuri urdin a la Champions el año pasado. Con Turrientes en la recámara y Sucic recién llegado para aportar en esa posición de ‘8’, la Real se despide de su ‘jugador total’, al que Imanol ha sacado partida en los cinco años que le ha tenido en el equipo, considerado “el mejor centrocampista de LaLiga” para el entrenador. Ahora, en Londres, el pamplonés se reencontrará con un viejo amigo que también brilló en Donostia de la mano de Imanol, Martin Odegaard, y que conformará junto a él, Declan Rice y Thomas Partey, entre otros, uno de los centros del campo más poderosos de la liga inglesa.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO.