Álvaro Morata dio el susto de la noche. Y no fue durante el partido. Fue al terminar, en plena celebración por el pase a la final de la Eurocopa. El capitán de España terminó cojeando de su rodilla al recibir un golpe de un guardia de seguridad que trataba de parar a un espectador que había saltado al campo.

Fue un golpe fortuito pero que podría convertirse en tragedia. Por unos segundos se temió lo peor… y, a falta de pruebas médicas, podría serlo. Morata se fue con buena cara minutos después, si bien se tiró cojeando un buen rato. La anécdota podría dejar sin final al hombre encargado de levantar el trofeo en caso de victoria el domingo en Berlín.

Mientras los jugadores hacían piña celebrando el pase a la final de la Eurocopa, un aficionado con la camiseta de Turquía saltó al campo para hacerse un selfie con los españoles. Varios miembros de la seguridad del estadio saltaron al campo para pararlo.

Cuando un par de ellos lo agarraron por la espalda, un tercero, que venía desde un costado, se resbaló, llevándose por delante a Morata, que no cayó, pero que recibió el impacto con violencia en la pierna derecha.

Tras unos momentos de tensión, Morata pudo empezar a andar mejor, con el miembro de seguridad pidiéndole mil perdones. Todo parecía un pequeño susto. En principio. Pero los servicios médicos de la selección, tras una primera exploración, no descartan una lesión grave.

Texto tomado de DIARIO MARCA