Thierry Henry (46) es un ex futbolista de esos que todo el panorama futbolístico ha admirado y elogiado en algún momento. Más allá de su indudable talento con la pelota, que exhibió sobre todo en el Arsenal y en la selección de Francia, destacaba por la elegancia con la que hacía todo. Aunque a fútbol se juega con ropa deportiva, ‘titi’ parecía que fuera siempre impoluto y con esmoquin.

Sin embargo, detrás del ya ex jugador que logró 19 títulos, entre los que destaca el sextete con el Barça, hay una historia dura y de superación.

Creció en un barrio lleno de conflictos. »Crecí en un barrio normal. Si entiendes por normal por todo lo que ello conlleva. Ladrones, armas, peleas, felicidad, diferente comida, diferentes religiones, diversidad, yo siempre dije que fue lo mejor para mí, para entender cómo era el mundo».

Aunque cada vez es algo más común, para los niños y niñas sigue siendo duro la separación de sus padres. Henry, uno de los dioses del fútbol lo explica así: «Se divorciaron cuando tenía siete, ocho años, entonces mi padre se fue de mi casa, pero él estaba presente cuando yo iba a los entrenamientos o a los partidos, o venía de vez en cuando, pero técnicamente me crie con mi madre. Incluso cuando ellos estaban juntos no veía ese amor, ese afecto, abrazos. Cuando yo crecí, no conocía esto. Más creciendo en este tipo de barrios. Tenía que intentar ser fuerte y no llorar. Tenía un problema o una pelea, llegaba a casa y a la pregunta de cómo había ido el día tenía que decir que bien».

Henry, que siempre ha visto el fútbol como un sueño, una misión y un objetivo, pero no una pasión, sí que a veces sufría por buscar el reconocimiento de su padre, al que quería ver feliz, pero le costaba encontrar esa complicidad. Muy gráfico es un ejemplo en el que después de un partido en el que habían ganado 6-0 con seis goles suyos, su padre no estaba contento.

»Yo sabía si mi padre estaba feliz o no, lo sentía. Yo podía sentir si estaba feliz o no, llegamos al coche, silencio, ¿debería hablar? ¿no debería hablar? No lo sé. ‘¿Entonces estás feliz’? Y su respuesta: claro, pero fallaste este control, este centro, esto, aquello, entonces llegaba a casa de mi madre, subía con la cabeza gacha y mi madre me preguntaba si había perdido y yo le decía que ganamos 6-0 con seis goles míos y ella me miraba». A pesar de eso el francés defiende a su padre ya que: »no puedo estar enfadado con alguien que intentó hacer lo mejor y educó con las herramientas que tenía, yo no tengo las mismas herramientas, tengo más y mis hijos tendrán muchas más.

»A lo largo de mi carrera estuve deprimido dijo el exdelantero de la selección francesa. Para entender esto hay que remontarse a cuando yo era joven. Cuando era niño no recibía cariño. Cuando mi padre me abrazó lo primero que dijo fue: este bebé será un futbolista increíble. Él me moldeó, era duro. Siempre tuve el miedo y la presión de complacer a los demás con mi fútbol y mi dinero hasta que un día mi novia y mis hijos empezaron a llorar por la persona que soy. Y entonces te sientes humano.

El exdelantero del Arsenal explicó que ocultaba sus malos momentos por miedo a no poder plantar cara al gran público y a los medios. “Mentí durante mucho tiempo porque la sociedad no estaba preparada para escuchar lo que tenía que decir”, explicó. Pero te soy sincero: a lo largo de mi carrera, probablemente pasé por períodos de depresión. Soy la persona que soy por esos momentos».

TEXTO TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO