El día antes del Tottenham Hotspur-Liverpool, Darren England y Dan Cook, que tenían que dirigir el VAR de ese encuentro, se encontraban volviendo en un avión de Emiratos Árabes Unidos. Ahí habían estado arbitrando un encuentro entre el Sharjah y el Al-Ain el jueves, es decir, dos días antes de que se tuvieran que desplazar a Stockley Park, en Londres, para supervisar el partido más importante de la jornada. Lo ocurrido en esa cabina en las afueras de Londres ya es historia de la Premier League.

Es imposible achacar al 100 % el error al posible cansancio arrastrado por England y Cook, que estaban 48 horas antes en un vuelo procedente de Oriente Medio, pero sí abre el debate en Inglaterra de si hay que regularizar o no estos trabajos de «freelance» de los árbitros.

En este contexto, hay que entender que los árbitros ingleses no son los que más ganan de Europa, al contrario. El español Mateu Lahoz ganó en 2022 más de 300.000 euros, mientras que un árbitro de Premier se lleva entre 38.500 libras y 42.000 libras al año -varía en función de la experiencia-, más las 1.150 libras adicionales por encuentro. El máximo no supera las 70.000 libras -80.771 euros-.

Aquí entran en juego ligas como la de Emiratos Árabes Unidos y la de Arabia Saudí, especialmente esta última, que dado el pelotazo que ha pegado con la contratación de futbolistas, ahora quiere tener también a los mejores árbitros.

¿El problema? No solo el cansancio, también las implicaciones que tiene que England, Cook y Michael Oliver, uno de los más reconocidos, además de otros, decidan ir a estos países a lucrarse. Porque Sheikh Mansour, primer ministro de EAU, es dueño del Manchester City, además de que Khaldoon Al-Mubarak, presidente del City, está en la junta de accionistas de la compañía de petróleo de EAU, que, curiosamente, es el principal patrocinador de la liga del país.

Demasiados vínculos con Arabia Saudí
Los vínculos prosiguen en Arabia Saudí, donde Howard Webb, principal dirigente del PGMOL, trabajó durante varios años para la federación saudí. Webb, que fue quien arbitró la final entre España y Holanda en el Mundial de 2010, permitió que Michael Oliver oficiase, por ejemplo, el duelo entre el Al-Nassr y el Al-Hilal en abril, además de abrir la puerta a los ingleses arbitrando en Grecia. La relación de Arabia Saudí con la Premier no acaba ahí, ya que PIF, el fondo inversor de Arabia Saudí, es el dueño del Newcastle United.

Esto abre una serie de cuestiones en cuanto a integridad, al recibir pagos de países con vínculos con equipos de la Premier League, que el PGMOL y la Premier League tendrán que hacer frente y de la que ya están preocupados. Al liberar el audio del gol anulado a Luis Díaz, el PGMOL aseguró que trabaja junto a la FA en revisar su política de dejar a árbitros que trabajen fuera de las fechas FIFA o UEFA.

FUENTE: MUNDO DEPORTIVO.