Ahora que llega el Mundial y se volverá a citar la famosa frase de Gary Lineker de “el fútbol son 11 contra 11 y al final siempre gana Alemania”, quizá habría que hacer una adaptación de la sentencia: “El fútbol son 11 contra 11 y cuando la estrella no juega, se cabrea”. Gerard Piqué ha dejado el Barça en noviembre, con elegancia, pero habiendo perdido el interés por ir a entrenar cuando ha visto que era el quinto central mientras la dirección deportiva le instaba a dejar el club o a rebajarse el sueldo significativamente. La respuesta de Cristiano Ronaldo a su suplencia en el United ha sido mucho peor. De las malas caras cuando no jugaba, a irse del banquillo sin que hubiera terminado el partido ante el Tottenham, a la bomba atómica que ha lanzado con su entrevista en ‘Talk TV’. Se siente traicionado por el club, raja lo nunca visto del entrenador Ten Hag y lamenta que el club se ha quedado paralizado muchos años atrás.

CR7 ha hecho la asistencia perfecta para que el United le eche de Manchester tras el Mundial. Sin embargo, el club inglés ha respondido en un comunicado tan estéril como ridículo. Ha logrado –quizá era su intención– no decir nada de nada. “El United considerará su respuesta una vez que se hayan establecido todos los hechos. La institución quiere mantener el enfoque en la segunda mitad de temporada, y en el impulso, la creencia y la unión que se está construyendo entre jugadores, entrenador, cuerpo técnico y afición”. CR7 declara la guerra, arde Old Trafford y ellos tomando el té de las cinco. O es la flema británica o es el ejemplo mundial de hablar para no decir nada.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO