Con el partido encarrilado (3-0), Xavi Hernández aprovechó la recta final para dar descanso a sus futbolistas más cansados. Entre ellos, Koundé, que reapareció en el Santiago Bernabeu tras casi un mes lesionado. En el minuto 78, el técnico optó por retirar al defensa francés y dar entrada a Gerard Piqué, cuya última actuación en el Camp Nou ante el Inter no fue nada acertada y abrió de par en par las puertas del debate sobre su continuidad.

Lo que sucedió en el estadio barcelonista no hizo sino alimentar ese debate, ya que una buena parte de la grada le dedicó sonoros silbidos cuando pisó el césped. Una reacción que contrarrestó otra parte de la grada con aplausos al que durante tantos años ha sido uno de sus ídolos.

Pero las primeras veces que el central tocó la pelota se generaba un murmullo entre el público que finiquitó un cántico clásico: “Piqué, Piqué, Piquenbauer”.

Curiosamente, los últimos pitidos masivos que había recibido Piqué en un campo de fútbol fueron en su última etapa con la selección española, cuando era abucheado por la afición en estadios de España por haber manifestado sus simpatías por la causa independentista o su apoyo al referéndum del 1-O.

«Los pitidos será difícil de que paren, pero lo que expreso es muy racional (poder votar en el referéndum independentista). Me siento incómodo por mis compañeros. No se merecen que les piten a un compañero», expresaba en octubre del 2017 en una rueda de prensa con la selección.

TOMADO DE LA VANGUARDIA