Tras la decepcionante, injusta y sorprendente derrota del Barça ante el Rayo en el Camp Nou, apareció Xavi en rueda de prensa y se inculpó sin remilgos. “Yo me he equivocado como entrenador” y “no he sabido motivar a los jugadores” fueron los dos titulares que dejó como colofón de la semana negra en el Camp Nou. Pero las dos frases que han hecho mella en la vestuario y que, sin pretenderlo, han bajado el listón de la exigencia las soltó durante la semana. Por una parte, contó que cuando le contrataron, Laporta y Alemany le dijeron que “el objetivo de la temporada era clasificarse para la Champions”.

Así, la plantilla, cuando ha visto que ya iba segundo, que tenía un partido menos, que ya no podía luchar por la Liga, y que el Betis -clasificado en quinto lugar- pinchaba, bajó inconscientemente dos peldaños de rendimiento.

El equipo ha visto tan cerca el objetivo que desapareció el hambre contra equipos que sí la tienen para quedarse en primera. La segunda frase que se debería haber ahorrado, la dijo Xavi en la previa de la visita del Rayo: “Estamos en la era post Messi, hay que tener mucha paciencia”. Siendo verdad las dos afirmaciones, dicho así y dicho ahora -tras tirar la Europa League y el 0-1 ante el Cádiz-, suena a una autocompasión que no concuerda con su talante positivo, ambicioso y perfeccionista.

Me cuesta pensar en un entrenador mejor para el Barça actual que Xavi Hernández, pero si él da síntomas de rendición, mal asunto. Los jugadores lo huelen. Pasó con ValverdeSetién Koeman.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO