Christian Eriksen celebra este lunes un cumpleaños de lo más especial. No solo por el hecho de que sume ya 30 primaveras, un número redondo y que supone abrir una nueva etapa en la vida de cualquiera, sino también por todo lo acontecido los últimos meses antes de llegar al día de hoy. Porque el danés festejará hoy más que nunca que sigue estando entre nosotros.

Al borde de la tragedia

Hace apenas unos meses, durante la Eurocopa, Eriksen protagonizó una situación escalofriante al sufrir un paro cardíaco en pleno partido contra Islandia. Estuvo cinco minutos «fuera de este mundo», como relata él mismo, pero la rápida reacción de los servicios médicos de Dinamarca le salvó la vida.

«Lo recuerdo todo, excepto cinco minutos. Recuerdo el saque de banda, la pelota que me golpea en la rodilla y no sé qué ocurrió después. Me desperté con mucha gente alrededor mía y presión en mi pecho, intentando recuperar el aliento. No entendía qué estaba pasando», explicó recientemente el danés.

Desde aquel 12 de junio, Eriksen ha peleado para volver a sentirse futbolista. A raíz de su desplome se le colocó un desfibrilador que marca el paso de sus latidos. Este elemento le obligó a dejar el Inter, pues la liga italiana no habilita el poder jugar con un marcapasos.

Pero lejos de venirse abajo, el mediapunta ha seguido trabajando para volver a sentirse futbolista. Justo ahora, en su 30 cumpleaños, está más cerca que nunca de conseguirlo.

Eriksen ha cerrado su fichaje por el Brentford y ansía ahora tener la posibilidad de jugar. Este fin de semana fue presentado en el estadio de los ‘bees’, pero su debut quedó retrasado hasta, como mínimo, el partido contra el Arsenal del próximo sábado.

Jugar ante los ‘gunners’ sin duda será el mejor regalo de aniversario para un Eriksen que desata admiración al ser un ejemplo de constancia y superación.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO