La selección francesa femenina juega a finales de noviembre contra Kazakhstan y Gales, dos compromisos clasificatorios para el Mundial de 2023. Pero como ocurre en el PSG, el caso Hamraoui sigue a la orden del día: “Ha sufrido un trauma físico, pero también psicológico. No tengo mucho que añadir porque hay una investigación en curso. Dejemos que la justicia haga su trabajo”, ha pedido Corinne Deacre, entrenadora del combinado nacional.

El vestuario francés también se ha mostrado hermético ante esta complicada situación: “Las jugadoras están afectadas. Pero al mismo tiempo están contentas de poder tomarse un descanso de sus clubes y venir con la selección. Este parón llega en el momento adecuado para cambiar la rutina de todo lo que han estado viviendo últimamente”, reflexiona Deacre, que aspira a llevar a Francia a lo más alto dentro de dos años.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO