El PSG ha fracasado en la Ligue 1 tras dejarse arrebatar el título por el Lille. El cuadro parisino, que encadenaba tres entorchados consecutivos (y siete de los últimos ocho), consumó su debacle en un torneo que por presupuesto y plantilla debería gobernar con puño de hierro.

Nadie mejor que Neymar ejemplifica el chasco del proyecto de Nasser Al-Khelaifi. El brasileño cerró su temporada con números muy pobres: solo participó 18 partidos de 38 jornadas, en los que marcó únicamente 9 goles y donde repartió 6 asistencias.

Son los peores registros del crack del PSG en competición doméstica desde que abandonó el Santos para enrolarse en el Barcelona. En su primer curso de azulgrana, el 13/14, jugó 26 partidos de Liga, marcó 9 goles y repartió 10 asistencias. Sus guarismos mejoraron la siguiente campaña: 33 partidos, 22 goles y 9 asistencias.

Su mejor temporada liguera en Barcelona fue la 2015/2016, en la que Neymar jugó 34 jornadas, anotó 24 dianas y firmó 16 asistencias. En su campaña de despedida firmó 30 partidos, 13 goles y 15 asistencias.

En París, donde acaba de cerrar su cuarto curso, ganó los tres primeros campeonatos domésticos que disputó pero por culpa de las lesiones nunca ha pasado de los 20 partidos en un curso en la Ligue 1. Su campaña de debut fue la más destacada: participó en 20 jornadas, marcó 18 tantos y dio 13 pases de gol.

Desde entonces sus registros han ido a menos. En la 18/19 disputó 17 partidos, marcó 15 goles y regaló 8 asistencias. En la anterior, también marcada por sus continuos problemas físicos (algunos de ellos provocados por la dureza con la que se emplean sus rivales) solo pudo participar en 15 encuentros, en los que firmó 13 goles y 6 asistencias. Pero ha sido en esta, en la 2020/21, donde los guarismos de Neymar han penalizado al PSG, incapaz de mostrarse regular. Ha jugado 18 partidos, ha marcado 9 goles y ha repartido 6 pases de gol.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO