Tras caer contra el Atalanta en la fase de grupos de la Liga de Campeones, junto con el empate frente al Brighton & Hove Albion en la Premier League, el Liverpool pudo tomar algo de oxígeno a costa del Ajax de Ámsterdam en el Viejo Continente. Mientras tanto, el flamante ganador del torneo de la regularidad en Inglaterra afrontaba un interesante duelo ante el Wolverhampton Wanderers, escuadra que llegaba con una tremenda inyección de moral al vencer al Arsenal en el Emirates Stadium.

Alcanzado el ecuador de la primera mitad, Mohamed Salah, uno de los puntales de la parcela ofensiva del vigente campeón de la Premier, decantaría la balanza de manera favorable hacia los intereses del bando local con el 1 – 0. Por tanto, los Wolves, que saltaron al césped con una camiseta para ofrecer su apoyo a Raúl Jiménez (ex del Atlético de Madrid), intentarían darle la vuelta a la tortilla con el transcurso de los minutos.

El Liverpool mete una marcha extra

Las tropas de Nuno Espírito Santo, recordado por los seguidores del Valencia, reclamaron una posible pena máxima por supuesto derribo de Sadio Mané sobre Conor Coady. Sin embargo, el colegiado, a instancias del VAR, consideró que no se había producido nada punible como para decretar el lanzamiento desde el punto fatídico. Así las cosas, el plantel red se marcharía con la mínima ventaja al descanso.

Al regresar del túnel de vestuarios, Georginio Wijnaldum, codiciado por el FC Barcelona, conectaría un certero disparo que se colaría directamente por la escuadra de la meta defendida por Rui Patrício (2 – 0). Joel Matip ampliaría la renta del Liverpool instantes más tarde (3 – 0), mientras que Nélson Semedo, en una jugada desafortunada, introduciría el esférico en su propia portería para cerrar la goleada de los de Klopp (4 – 0).

TOMADO DE FICHAJES.COM