No hay contratiempo que pueda frenar a este Liverpool. Ni lesiones ni contagios por Covid-19 ni un equipo siempre peligroso como el Leicester. Nada. Hasta seis titulares le faltaron a Klopp que, después de un partido muy serio, se coloca líder de la Premier junto al Tottenham de Mourinho tras ganar con goles de Evans (p.p), Jota y Firmino.

Velocidad Premier en la primera parte

El partido que cerraba la jornada dominical en la Primer League era de cinco tenedores. En parte porque en Inglaterra, salvo en contadas excepciones, el fútbol va a otra velocidad. Todos los jugadores son ‘superdeportivos’ encerrados en un circuito de césped y eso se nota desde el primer minuto.

Por ello, el Liverpool, poco amigo de las especulaciones, se lanzó a presionar al Leicester nada más comenzar con la intención de hacerle caer en el error. Pura electricidad los de Klopp en un Anfield apagado pero con el espíritu de la vida de antes. Probaron a Schmeichel en un par de ocasiones pero, cosas del fútbol, quien batió al danés fue su propio compañero Jonny Evans. El zaguero, en un intento de despeje que tan solo él debió entender como tal, se introdujo el balón en su portería tras un saque de esquina (1-0). Hasta entonces, los visitantes se habían acercado tímidamente sobre la meta de Alisson pero sin la mordiente de otros días.

Y es que al Leicester le costó mucho superar la presión de los de Klopp. Apenas pudieron encontrar a Vardy, condenado a hacer kilómetros sin balón, y se limitaban a cumplir atrás cuando los ‘reds’ olían sangre. Y la olieron otra vez antes del descanso. Otra vez Jota. El portugués, de dulce desde que firmó con el Liverpool, remató un centro confeccionado a medida por Robertson para hacer el 2-0 y mandar el partido prácticamente al bolsillo.

Firmino se salió con la suya

Pasados por vestuarios, el Leicester hizo un amago de desperezarse. Pero fue solo eso, un amago. No le quitó intensidad a su juego pero siguió sin aportarle ideas. Sí lo hizo el Liverpool en la figura de su jugador más talentoso, Firmino, que buscó su gol y se quedó con las ganas hasta en tres ocasiones.

La más clara de todas ellas, la última, que tuvo dos palos y un despeje de Fuchs sobre la línea que no entró porque, a veces, los milagros existen. Al brasileño solo le quedó con desahogarse una sonrisa de incredulidad. La misma sonrisa que más tarde se convirtió en una de alivio tras conseguir por fin su gol a servicio de Milner desde el córner.

Más allá de eso, que no fue poco, el Liverpool se escudó en el paso de los minutos y al Leicester, que se le escapaban del cronómetro, no le quedó más remedio que reconocer que no fue su noche. Se alzan así hasta el liderato los de Klopp y dejan a los ‘foxes’ con las ganas pero con un meritorio cuarto puesto.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO