El Bayern Múnich quería mantener su senda imperial en la fase de grupos de la Liga de Campeones. Para ello, se había citado en esta tercera jornada con el RB Salzburgo, equipo que se quedaría con la miel en los labios ante el Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano. Los bávaros partían con la vitola de favoritos, aunque eran conscientes de la dificultad de la contienda que iban a tener por delante en Austria.

Nada más arrancar la contienda, Mërgim Berisha sorprendería a las tropas de Hansi Flick con un zurdazo cruzado que significaría el 1 – 0. A partir de ese momento, los bávaros se conectarían al choque para darle la vuelta a la tortilla. El VAR tuvo que intervenir hasta en un par de ocasiones, invalidando un posible penalti para el Bayern y una diana que había sido ejecutada por Serge Gnabry.

El colegiado sí que validaría una pena máxima, cometida por Enock Mwepu sobre Thomas Müller, que sería ejecutada y materializada por Robert Lewandowski (1 – 1). Y la entidad de Múnich culminaría la remontada antes del entreacto, dado que Rasmus Nissen Kristensen, en una jugada desafortunada, introduciría el esférico en el fondo de las mallas de su propia meta (1 – 2). En el segundo tiempo, Masaya Okugawa establecería el empate momentáneo (2 – 2) porque los visitantes se sobrepondrían para certificar su triunfo con los tantos de Jérome Boateng (2 – 3), Leroy Sané (2 – 4), Lewandowski (2 – 5) y Lucas Hernández (2 – 6), canterano del Atlético de Madrid.

TOMADO DE FICHAJES.COM