La estrepitosa primera parte del Real Madrid contra el Shakhtar vuelve a dejar patente la influencia poderosísima de Sergio Ramos en el Real Madrid. En Europa, sin él, el Madrid se desintegra. Lejos queda el trienio mágico de la Undécima a la Decimotercera. Desde entonces, cuando Ramos se tiene que ausentar por sanción o lesión el equipo se descompone. Pasó en el último partido de Champions de la temporada pasada, el 2-1 en Mánchester con un Varane horrible, y pasó ahora en el primero de esta temporada, con Militao uniéndose al esperpento defensivo. Los dos, Varane por falta de liderazgo y Militao por falta de actitud, están en el ojo del huracán…

Los precedentes son los que son. En la 2017-18 el Madrid sin el camero fue arrollado y casi eliminado en aquel 1-3 contra la Juventus en cuartos; después vendría el 1-4 ante el Ajax en el Bernabéu en la temporada que inició Lopetegui, siguió Solari y acabó Zidane. Sin Ramos, el Madrid la pifió en los dos partidos contra el CSKA también de aquel año (1-0 y 0-3). La campaña pasada, ya con Zidane, la dupla Varane-Militao se despeñó desde la Torre Eiffel: un 3-0 en el Parque de los Príncipes que reveló un Madrid débil en Europa. Y más sin su gran líder.

Ramos se ausentó ante el Shakhtar por el golpe en la rodilla que sufrió ante el Cádiz y el Madrid en el minuto 13 contra un rival ucranio mermadísimo por el coronavirus concedió su primer mano a mano ante Courtois. Señal de que la cosa no iba a ir bien. Tres goles ucranios al descanso confirmaron el despropósito blanco, con Militao recuperando la posición andando en la jugada del tercero. «No sé qué les pasa a los centrales del Madrid, pero Dios mío…», se lamentaba Mijatovic en Carrusel Deportivo.

Para carrusel, el de ocasiones ucranianas que permitieron primero Casemiro y luego Varane, Militao y Marcelo, con Mendy como único salvable de la quema. Dentinhó perdonó el 1-4 en el minuto 55 y Teté el 2-4 en un mano a mano contra Courtois en el 68′. El fuera de Teté anuló el 2-4 de Marlos en el minuto 80. Impropio de un aspirante serio a la Champions, como reclamaban Courtois y Zidane en la previa.

Lo peor para Zidane es que puede dejar secuelas psicológicas. Decía Varane tras sus dos errores en el Etihad que le costaron la eliminación del Madrid en agosto que le había costado asimilar aquello. «Fue díficil de digerir», admitió este verano. Lo del Shakhtar, con gol en propio puerta, es echar sal en aquella herida. Ramos termina contrato en 2021, que nadie lo olvide.

TOMADO DE DIARIO AS